“Es espantoso que gente tan ignorante tenga tanta influencia…”

George Orwell

Sería una necedad dudar del esfuerzo del gobernador Américo Villarreal Anaya para deshacer en Tamaulipas los entuertos, omisiones y desorden que legó su antecesor, Francisco García. He sido testigo real, casi cotidiano, de esa decisión y voluntad del doctor.

Hasta ahí, no puede haber reclamo. El trabajo del mandatario está ahí, a la mano,

pero ojalá –es un buen deseo– todos en el equipo estatak trabajaran con el mismo ahínco y sobre todo con la misma visión.

El tema me obliga a ser preciso y no repartir señalamientos particulares al garete o dar palos de ciego a ver a quién le toca. En ese sentido, no se trata de una persona o de un puesto. Lo que ha fallado en los últimos dos años y sigue haciéndolo, es uno de los Poderes del Estado.

Más claro: El Poder Legislativo Local.

Sí, los diputados –choca eso de decir las y los, como si la paridad dependiera de una figura gramatical– que desde el inicio de la actual administración estatal poco o nada han aportado a la buena marcha de la Entidad. Primero fue la camada de la bancada 65 y ahora son los de la 66. Es el mismo molde.

Todas las acciones desplegadas desde Palacio de Gobierno para eliminar rémoras y castigar tropelías de la anterior administración, se han estrellado con la  incompetencia de quienes en este lapso han dirigido a los inquilinos de una curul estatal. Basta para comprobarlo, lanzar una ojeada a los líderes morenistas queen ese período ha tenido la Junta directiva, o como se llame.

Desde su arribo a la silla del poder, Américo se encontró con el primer líder de la fracción morenista, Armando Zertuche, quien fue una nulidad. Su candidez fue alimento cotidiano de los panistas, que le pusieron la bota en el cuello todo el tiempo que manejó ese puesto. Cero resultados.

Su sucesora, Ursula Salazar, fue protagonista de escándalo tras escándalo en ingratas experiencias y enfrentamientos que nadie quiere recordar. Su período ha sido uno de los menos productivos de los útimos años. Y hay quien aún busca un teléfono.

El actual dirigente de esa Cámara, Humberto Prieto, resultó un bravucón de callejón que al más puro estilo de su camada, insulta y agrede en lugar de argumentar. Bastaron sólo unos días en esa encomienda para, como asienta la voz popular, enseñar el cobre. Júrelo: No cambiará.

Pero ¿sabe qué?…Sobrevivirán los tres junto con sus allegados, no lo dudo. No por su talento profesional, su vinculación social o por su habilidad como tribunos.

Afortunadamente para ellos y lamentablemente para los tamaulipecos, lo harán porque les salvará el pellejo el trabajo del Jefe del Ejecutivo, quien a diferencia de los mullidos sillones que tanto gustan a los diputados, recorre el Estado y las parcelas del poder federal para gestionar obras, consolidar inversiones y recuperar lo que las incursiones cabecistas despojaron a esta patria chica.

Pobre sociedad de Tamaulipas con su Congreso: Tan cerca de esos diputados y tan lejos de tener representantes auténticos…

¿Qué SENTIRÁ ADÁN?

Una foto me llamó la atención unos días atrás: En la mesa de la Presidencia del Senado, Gerardo Fernández Noroña dirigía una sesión, con  Adán Augusto López en uno de sus costados, con una mirada perdida y una sonrisa apagada mientras veía al titular de la Cámara Alta. ¿Qué sentía en ese momento?

El, Adán, el antaño poderoso Secretario de Gobernación, amo y señor de destinos políticos, ahora en el papel de simple cabeza de un partido y comparsa de un bufón vocinglero y majadero, cuyo talento sólo ha sido la injuria y la falta de respeto a todo y a todos.

El, Augusto, quien alguna vez acarició el sueño de ser el Presidente…

X: @LABERINTOS_HOY