Carta para mi amante
Una sola cosa a la vez, primero, déjame mirarte a los ojos para ver en ellos lo que de ti me ha enamorado; después, quiero delinear con mi tacto la perfección de tu cara, te advierto, que lo haré con sumo cuidado, para no despertar las sospechas de lo que tengo pensado; lo haré con los ojos vendados , para imaginar, que aunque estuviera yo ciego, podría saber que en él se expresa la felicidad, de sentirme bien amado; y así, entre dormido y despierto, con el corazón abierto te esperaré, para recibir lo que sientes por mí, y te diré tiernamente al oído, lo que tanto te gusta escuchar cuando estamos en la intimidad del momento feliz.
Sé que no podré resistirme, porque mis labios ansiosos, buscarán presurosos medir el contorno de tan suave estructura, hasta situarse detrás, en aquel el espacio vital, donde con el más suave susurro te diré que soy tuyo, inflamando con ello tu orgullo, al sentirte mi dueña en encuentro tan pasional.
Y yo, tan cerca de ti, percibo en mi pecho, el derroche del palpitar alocado de un corazón desbocado, que no oculta de quién está enamorado; y mis labios, entonces, encuentran el fuego de unos labios rosados que desean aún ser más avivados; y después de un beso tan prolongado, simulan caer desmayados, y en suave desliz por tu cuello, te hacen de nuevo feliz. Y tomo en mis manos tus montes y valles, atrayendo todo tu cuerpo hacia mí.
Espero, que cuando leas mi carta comprendas por qué muero por ti, y si por ello surge el reproche, por no tener una y mil noches para hacerte feliz, pensaré que me he equivocado, que quizá tú sólo querías las noches, para olvidarte de mí, y felizmente dormir.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com