Cuántos días han pasado si decirte que te amo, cuántos a pesar mío, cuántos a pesar tuyo, y no es por cosa de orgullo, ni cuestiones de fingido disimulo, acaso por estar cansados todo se ha vuelto un murmullo, acaso, por dejar que lo nuestro que siga esperando en su capullo, mientras todas las aprensiones de familia quieren que lo que antes fue mío, ahora sea suyo.

AÚN TE PUEDO DECIR
Que tu mirada preciosa es el espejo
del agua pura y clara del manantial
que brota de la cima de la montaña.

Que aún tu fina piel otoñal, conserva
el influjo ardiente, de una noche de
luna y la pasión del ayer primaveral.

Que tus cabellos castaños persiguen
al viento, imprimiendo la fuerza, a las
olas teñidas de blanca espuma de mar.

Que la humedad de tus labios preciosos,
resbala en mi cuerpo extasiado, que
tiembla gustoso al sentir ser amado.

Que nuestros cuerpos ansiosos se funden
y hacen hervir nuestra sangre, y de tanto
amar, el deseo se nos hizo costumbre.

Que en el cielo de mis sueños perdidos,
te busco en mi mente, diciéndote a gritos
lo mucho que a te amo y te necesito.

Aún te puedo decir tantas cosas hermosas
que brotan de mi corazón sincero, porque
este amor, por Dios, no sabe decir otra cosa.

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