Soy humano y rechazo la injusticia, soy tu hermano, y me duele la irónica sonrisa que en tu cara se dibuja cuando disfrutas pensando hacerme daño. Más, cuando llega a mí el enojo, pronto de mi alma desalojo, porque más grande es el amor con que a mi prójimo yo acojo, que el dolor que tu odio pueda destilarse por tu ruin antojo.
CONTIGO MI SEÑOR
Al menor de mis reniegos Tú me envías la calma, en la desesperación de mi enojo, creo ver tu cara y al sentirte, me aferro a ti para no perder el alma, y el grito generado por la inconformidad se para, sosegando el nocivo malestar que a mí me encalma.
Aunque no quisiera encontrarte, en mí yo te buscara, cuando el sufrir de mi prójimo en mi ser se empalma y el dolor no deseo para mí y a los míos no deseara.
Al sentir tu divino caminar entre vítores y palma cuando vas llegando a mí, sin que nadie lo esperara, y mi corazón gustoso acoge con amor al que te ama.
Perdona Jesús mío, mi debilidad y mi conducta rara, jamás podría olvidar la misión que tu ley a mí reclama, si quieren hacerme renunciar a lo que mi fe depara, contigo mi Señor, siempre encontraré la paz y calma
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