Viernes para amar

Salomón Beltrán Caballero

Un salmo nuevo

Las palabras no llegaron a su destino, porque quien tenía que escucharlas vivía con mucha prisa, y como la brisa que mueve el trigo en el plantío, el intento sólo sacudió su espiga, para seguir su camino, y perderse en el olvido.

Qué bienaventurado hubiese sido aquél, que sintiéndose afortunado, pudiera prestar oído a la palabra, que lleva el ánimo hasta la sonrisa tan deseada, cuando parece que la vida parece una verdad no revelada.

Ni mucha prisa, ni mucha danza, sólo atender lo que es preciso, el llamado del Señor, para mantener la paz y la confianza, que se tendrá otra vez con la llegada de Jesús para confirmar la alianza.

Mantenerse despierto con paciencia y perseverancia, que la fe mantenga la esperanza en lo que el Maestro con amor ha prometido, ni maltrato, ni castigo, misericordia, no sacrificio, que la vida tenga rumbo y sentido en nuestra historia.

Dios habla temprano a los que despiertan con el alba, él nos bendice con un nuevo día lleno de salud y de alegría, mostremos gratitud orando con harta devoción, Jesús es nuestro Mesías, el esperado, para devolvernos la gracia y darnos la salvación.

¡Salgan palabras del corazón y elevemos al cielo una oración! ésta es una bendita ocasión, para cantarle al Señor un salmo nuevo de Salomón, que no siendo rey sino mendigo con humildad de hermano y amigo, les comparto a los que estén de acuerdo conmigo.

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