La interrogante navega desde hace varios días en los terrenos de la coalición Va por Tamaulipas.
¿Quién alejó a Luis Enrique Rodríguez del equipo élite de campaña de César Verástegui?
La respuestas coinciden en ese cerrado círculo en un nombre y apellidos: Oscar Almaraz Smer, diputado federal hoy y estratega estrella del Revolucionario Institucional apenas dos años atrás.
Cierta o no la especie, basada en enconos oscaristas que nada tienen que ver con la política, lo cierto es que el candidato de Va por Tamaulipas vio alejarse de su primer cuadro a quien apenas veinte días atrás era su operador electoral número uno, el hombre de mayor confianza y responsable original del llamado “Día D”, el 5 de junio, la jornada madre de todas las batallas en el proceso en la que descansa casi la mitad del éxito de una campaña.
Curiosamente, a Pipo, como le llaman sus cercanos, no le hicieron un mal porque fue llamado por Carolina Viggiano, candidata del PRI a la gubernatura en el Estado de Hidalgo, para apoyarla en su campaña. Hasta ahora, de ir alejada 12 puntos del abanderado de MORENA, Carolina ha alcanzado un virtual empate técnico con éste, escenario que de acuerdo a los tricolores hidalguenses, en parte es producto de la labor de Luis Enrique.
No sé si Pipo estará personalmente al lado del Truko en los días sucesivos, pero lo que queda claro es que en forma paradójica la relación diaria de Luis Enrique con César Verástegui no sólo se ha conservado, sino que se ha fortalecido pese a la distancia física. Como asienta la voz popular: Las veredas quitarán, pero las querencias cuándo.
Deberán tener cuidado quienes empujaron el alejamiento de Pipo si Verástegui logra triunfar y ser gobernador. Sus malquerientes de hoy podrían ser las llorosas viudas de mañana…
OPTIMISMO Y REALIDAD
¿Qué podemos esperar del segundo debate de candidatos a gobernador en Tamaulipas?
Bueno, su servidor es optimista, pero también realista, un hábito que es importante conservar y sobre todo, aplicar.
En los terrenos del optimismo, parece ser este segundo encuentro para los dos aspirantes que acudirán, una puerta que puede abrirse para conocer sin apasionamientos ni desahogos verbales, el perfil de cada uno. El rostro de un potencial estadista, no de un juez de horca y cuchillo.
Estoy seguro que por lo menos en parte lo harán tanto César Verástegui como Arturo Diez Gutiérrez. Es una oportunidad de oro para exhibir la altura de miras de ambos, fuera de señalamientos enfocados a mostrar el peor lado de los contrincantes.
No descubro el agua tibia con lo que voy a exponer. El Truko vislumbra un foro sin impugnaciones de peso y tiene libre el camino para demostrar su indiscutible conocimiento del Estado pero sobre todo, el catálogo de soluciones que ya ha puesto sobre la mesa en sus reuniones con la sociedad. En la medida que haga viables sus planteamientos ganará la confianza del votante potencial.
Arturo es un hombre que actúa de buena fe. Transparente y echado para adelante, es visto con simpatía por su imagen norteña y franca. Espero que a ese atributo sume ahora una mayor consistencia en su plataforma de trabajo.
Esa fue la voz del optimismo. Ahora le toca a lo que puede acarrear la realidad.
Ojo: Si César y Arturo buscan ir en forma radical sobre la cabeza del ausente Américo, podrían provocar un efecto de victimización del doctor, que podría convertirse en una ventaja para éste en lugar de la pérdida de puntos que le pronostican por no asistir.
Cuidado con la estrategia de lodo. Habría que recordar que si se concentran los ataques o críticas a quien no está presente para defenderse, aunque haya sido su decisión, pueden provocar un saldo indeseable para Trujo y Arturo:
Que la ausencia de Américo sea para él más benéfica que su presencia…
LA FRASE DEL DÍA
“Cuando dos buenas personas se pelean por principios, ambas tienen razón”…
Marie Von Ebner-Eschenbach
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