Confidencias

Aquel día me dijiste, que todo cambia con el tiempo en la vida, y yo estuve de acuerdo en ello, pero el tiempo, sin duda, sigue siendo el mismo, te dije, porque los cambios en la vida, son generados en parte por nuestra voluntad, sobre todo, aquellos realizados por nuestro interés o necesidad imperante, y es ahí donde gastamos nuestra vital energía, porque para mover la voluntad, se necesita del impulso motivante para cambiar de actividad o de rumbo, o simplemente, para liberar las presiones, que por razones que no vamos a discutir, sobran en todas las relaciones.

El tiempo para mí, es sólo una medida, una forma concebida para poder  organizar todo lo que hacemos todos los días, pero que en ocasiones, sin pensar, gastamos en forma indebida, en todas aquellas cosas que enturbian las buenas acciones, que suelen dejarse al azar, por sentir que se vive sólo de rutinas.

Le hemos puesto límites a todo, menos a aquello que sin desear, sale de nuestra boca por causa de nuestras continuas frustraciones, pero eso sí, sin tener la intensión de lastimar nuestros amados corazones.

¡Ah, si pudiéramos evitar toda esa pérdida de tiempo! Pero qué digo, quién puede controlar el temperamento, cuando especulamos en un mal momento,  que ambos nos deseamos hacer mal;  y hablando de controlar, eso es una mala idea, y más, cuando sin percatarnos, tratamos uno a otro de controlar nuestra vida.

Confianza, es la palabra debida que debemos de tomar en cuenta, y no ponerle por medida esas pausas desafortunadas que suelen pasar cuando nos encontramos vivamente cansados y confundidos, esas, cuando pensamos que hay una mejor forma de pasar el tiempo, sin tomar en cuenta que el tiempo es sólo una medida, y deberíamos de ocuparlo para darnos la oportunidad de valorar todo lo bueno que tenemos y hemos compartido en esta relación, que sin duda, es para toda la vida.

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