Entre ciegos y sordos
Vivo entre ciegos y sordos, vivir de otra manera no podría,
pues igual soy ciego y sordo, mas aseguro, no siempre lo fui;
cuando así fue, era el tiempo de la divina y bendita inocencia,
cuando no buscaba la diferencia, entre lo blanco y lo negro,
y en el escuchar discernir en el sonido, lo grave y lo agudo,
cuando mi gusto aceptaba con agrado, del sabor de la vida,
lo salado y lo dulce , lo ácido y lo amargo, o lo inesperado;
y mis pies tocaban el suelo sin sentir lo cálido o lo helado.
¡Oh divina ignorancia, cómo te extraño y cuánto te anhelo!
Todos éramos hermanos, un sólo Dios, una bendita madre,
que con amor y sin distingos sació nuestra hambre y desvelo.
¿Cómo me percaté de mi ceguera? ¿Cómo de la diferencia?
Eran pues los tiempos de los cambios naturales y del celo,
En los que quieres tener todo sólo para ti, de la negligencia,
del no saber si atraerás bienes o males, por descorrer el velo
para experimentar, para saber enjuiciar y para condenar;
los tiempos de la envidia , del egoísmo y del desconsuelo,
de aquello ligado al conocimiento, donde habría que separar
el trigo de la cizaña, para poder dar fruto y alcanzar el cielo.
¿Cuándo se arraigó esa sordera que no pudiste parar?
¿Acaso cuando escapó de ti la inocencia y apareció el recelo?
¿Y es motivo de que tu alma se duela de su partida y la hace llorar?
Cuándo se alejó la paz y la armonía, cuando se perdió en anhelo
que le daba un motivo a tu vida, para salir adelante y prosperar,
cuando apenas te acostumbrabas a la ceguera, llega ese desconsuelo,
el no poder escuchar, incluso, no escucharte a ti mismo, para reparar
el daño que le hacías a tu alma, con ese mal que te hundía en el suelo.
Terrible es el silencio donde no existen las verdades a enfrentar,
donde la simulación es el disfraz de los que dicen haber alzado el vuelo,
y sólo evidencia el arraigo de la falta de humildad, que te ha de preparar
para terminar con la indiferencia, y a través del perdón, alcanzar el consuelo.
¡Abre Señor los ojos al ciego y los oídos al sordo, tu poder nada lo podrá parar!
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