El dulce Sabor de la vida.
Cuando dices que me amas y me siento tan amado, el dulce sabor que le das a mi vida, me hace olvidar lo que en el pasado, causó la amargura de haber conocido la tristeza, que me convirtió en un hombre de triste figura.
El dulce sabor que le das a mi tiempo, me hace rejuvenecer con tan gran medida, que me olvido de los años perdidos y sus reclamos, por mi evidente descuido que ha marcado mi vida, hasta darle a mi cuerpo la estructura de un viejo.
Del dulce mirar de tus grandes ojos y su hermoso destello, que hace despertar mis deseos dormidos, para buscar con premura la dulce ternura de tus labios causantes de mi locura.
El dulce sabor de tus besos traviesos, disuelven la soledad y amargura, de los días aciagos que secaron mi boca, y al quedar una gota de humedad en mis labios, sellaron las cartas de amor que te escribí noche y día.
El dulce sueño del cálido roce de tu piel con la mía, sanó con ternura las cruentas heridas, que el frío de tu ausencia causara cuando no te veía, y abrazado a tu pecho suspiraba y dormía, siempre soñando que sólo eras mía.
Qué canto tan dulce, qué magia, qué rezo, y pensar que todo eso, muy mío, muy tuyo, causó el embeleso de un gran amor que unió nuestros cuerpos, que unió nuestras almas y en un testimonio sincero, en divino proceso, ante Dios lo confieso, mujer divina, eres el dulce sabor de mi vida.
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