Soy una reliquia, el pasado quedó atrás,

y tú vienes pisando mis talones,

tratas de alcanzarme con tus pensamientos

para decirle a los cuatro vientos,

que me conociste tal cual soy.

Soy una reliquia, humilde y salpicada de sagrado,

pero la verdad, soy un renegado

que viene del pasado, deseando ser escuchado.

Alcánzame ya, que estoy cansado de tanto caminar,

ven a mi encuentro, dejaremos atrás leyendas

dejaremos la fantasía, dejémonos de cuentos,

saldemos en esta vida las cuentas,

que dejamos pendientes por cobrar.

Soy una reliquia, y a pesar de tantos años de existir,

no soy viejo, viejo sólo es el pensamiento

que se empeña en guardar todo lo atrasado.

Ven, alcánzame, no dejes que me atrape

lo que me persigue y tanto me ha fatigado.

Soy una reliquia que vive en el presente,

soy humilde y disciplinado, soy leal a mi manera,

pero no soy como cualquiera,

ven, alcánzame, ya que estoy cansado de no ser escuchado

y tengo aún mucho que contar, mucho que decir.

Esta es la letra de una canción que aún no tiene música, pero está escrita para el que en verdad la entienda y la sienta; la música habrá de surgir con tal facilidad, porque se ha gestado con los acordes de la armonía de un pasado no muy lejano, de los que consideraron estar viviendo alivianados, cuando todo era pesado.

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