Cuál es la diferencia entre sentirse bien y estar bien, me preguntó MarÃa José, ayer cuando su madre previamente me llamó por teléfono para decirme que a mi nieta le dolÃa la garganta, y de hecho, se escuchaba aún más inquieta que su progenitora. Horas antes, la niña habÃa estado con su abuela y conmigo y se veÃa muy saludable, no dejaba de hacer travesuras, después de haber terminado la tarea escolar. Entonces le pregunté: ¿Cómo te sientes MarÃa? Me duele la garganta al pasar saliva, me dijo. Pero MarÃa, si hace un par de horas te encontrabas bien, cómo es posible que ahora te sientas mal.
Por eso te hablo abuelo, para que me digas cuál es la diferencia entre sentirse bien y estar bien, porque en tu casa me sentÃa bien y ahora no estoy bien. Empecé a indagar algunos factores que pudieran motivar una alteración fÃsica tan repentina; su madre me comentó que fue a sus clases de natación y que incluso, el agua de la alberca estaba tibia, pero que al salir notó que la niña tenÃa un poco de frÃo, por lo que se apresuró a secarla con una toalla, quedándole únicamente el cabello mojado, pero llegando a su casa y después de un baño de regadera, le secó el cabello; mi hija me envió un video que le tomó a la orofaringe, sus mucosas se veÃan bien, únicamente una discreta hipertrofia de las amÃgdalas, y en las piezas dentales algunas caries, sin aparente proceso inflamatorio en el periodonto.
MarÃa volvió a tomar la llamada y me preguntó cómo veÃa la situación, le dije que aparentemente bien, pero habrÃa que tratar las piezas dentales con caries, porque eran un riesgo para su salud; la niña contestó que irÃa al dentista, y que tomarÃa Ibuprofeno si le seguÃa el dolor y que ya lo habÃa consultado con sus padres. Antes de despedirse de mÃ, me dijo: Abuelo dime si estoy en lo cierto, yo me siento bien cuando estoy en su compañÃa, pero no estoy bien cuando estoy lejos de ustedes, podrÃa tener eso algo que ver con que me duela la garganta. Le contesté, pregúntale eso a tu madrina Katty, ella es Psicóloga y felicÃtala porque acaba de festejarse el DÃa del Psicólogo.
Aprovecho esta oportunidad para felicitar a todos los Psicólogos, sobre todo, a aquellos con los que compartà quince años la extraordinaria experiencia de la docencia en la primera Escuela de PsicologÃa de Ciudad Victoria; recordando con muchÃsimo afecto a los que ya partieron, como el Lic. Carlos I. Wong Pérez y el Lic. César Carranza H. Avendaño.
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