Te lo digo a ti
Te lo digo a ti, la que despierta sintiéndose aún dormida,
a la que al levantarse no sabe si está flotando o caminando,
a la que se ve al espejo y se lamenta de lo que está viendo,
a la que lleva en su muñeca una cadena, que esclaviza su tiempo.
Te lo digo a ti, la del enojo perenne y enfadoso,
la del arrepentimiento por considerar una pérdida de tiempo,
a la del descontento inconsciente de lo logrado,
la que se olvida de ser agradecida, la despistada y arrogante.
Te lo digo a ti, a la que reniega por la comida de siempre
y no sabe lo que significa tener hambre y comida al alcance;
a la que tiene por costumbre quejarse de la vida,
la que no acepta sus errores y suele victimizarse.
Te lo digo a ti, la de las múltiples oportunidades perdidas
para cambiar de la actitud negativa a la saludable positiva,
la que busca con ansia el ser feliz, porque no sabe lo que tiene,
la que espera que todo se acomode a entera complacencia.
Te lo digo a ti, a la que busca con afán una respuesta fuera,
rehuyendo a la verdad que se encuentra en su interior
y que en su desesperación no encuentra nunca la salida
a lo que concibe son sus problemas y asegura no tienen solución.
Te lo digo a ti, a la que busca siempre culpables de sus penas,
a la de la verdad absoluta que no acepta opiniones diferentes
a la que cambia de disfraz según sus intereses y necesidades,
a la que traiciona o engaña, a la que abusa de la inocencia
Te lo digo a ti, ha llegado la hora de cambiar para que seas feliz,
da gracias en cada amanecer, sonríe y abraza a la vida,
porque a cada instante, en ella encontrarás un regalo
que Dios con su amor siempre ha destinado para ti.
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