Amor de mis amores

Sus labios apenas rozaron mi mejilla,

y ella amorosamente me compensó

aumentando el número de besos,

y lo mismo que ayer, su tierna caricia

me hizo sentir de nuevo como un niño.

Hoy el tiempo doblegó su fuerza física

no así la voluntad de su amor confiable,

que indomable se resiste a dejarse vencer.

Hoy su límpida mirada sigue siendo amable,

dejándose querer por la luz que la ilumina,

porque sabe que el espíritu de Dios la anima,

a continuar con su dulce amor que no termina.

Es la dulzura que emana de su ser maravilloso,

como suave brisa que acaricia a la vida misma,

que se prolonga a través de la gratitud y el gozo

de saberse siempre tan amada y tan querida.

Todo sigue en santa paz por la fe y en armonía

Dios escucha del corazón la voz tan consentida,

lo muestra en su sonrisa y en su amor de madre

y yo, tan afortunado y dichoso por ser su hijo,

me uno a su eterno espíritu divino, que afanoso

en su esfuerzo a seguir, despierta cada día.

enfoque_sbc@hotmail.com