Liberación
Pero qué dices, que no ha valido la pena, que todo fue inútil, que has llegado hasta aquí sin sentir la dicha de cumplir los anhelos, y los grandes deseos que motivaron tu loco existir.
Pero no te das cuenta lo grandioso que ha sido el sacar adelante la difícil faena cuando el viento te frena, cuando la dura tormenta iniciara, cuando la noche caía, cuando despierto esperabas con ansia el amanecer por venir.
Ya no busques pagar el haber, cuando nunca te pudieron vencer, los que siempre desearon robar el ingenio que te hacía tener una solución para resolver en cada momento los retos que te hacían vivir.
Ven y déjate consentir por la dulce caricia y el tierno elemento que hace posible el bendito milagro de poder despertar a la dicha de un nuevo día y tener la energía para poder subsistir.
Pon tu cansancio a dormir, reclinando tu cabeza en mi pecho, pues tienes derecho a dejar de fingir, pues estás en proceso de poder trascender si tu espíritu inquieto se deja querer para existir.
Deja salir el lamento que guardas con celo en tu pecho y tu mente, porque te hace humano al pedir misericordia, al sentirte víctima del desconsuelo por prolongar eternamente tu duelo, por todo aquello que hizo sentirte morir.
Que el dueño y Señor del cielo ilumine tu presencia en la tierra, para que encuentres siempre el camino y con él tu destino, para dejar atrás la ira y la discordia, que con amargura te hace escribir, en el libro donde plasmas tu historia, para no pasar sin pena ni gloria.
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