VIERNES POÉTICO

Carta al desconcierto

¿Por qué los ojos engañan al mirarnos, con el paso de los años?

¿Por qué ya no se ve el brillo que nos cautivó en el pasado?

¿Por qué las palabras perdieron el tono del amor acostumbrado?

¿Por qué ahora nos conformamos con sólo estar y no sentir?

Si a todo esto tienes una respuesta, no te muestres asombrado,

dilo, quiero saberlo, no temas por mí, que no me vas a herir,

hiere más el estar callado, porque te hace sentir abandonado.

Háblame si aún te quedan respuestas que me hagan consentir

que mentía, para no aceptar que siempre estuve equivocado,

porque hemos de reconocer que la mente suele hacernos persistir

en creer que todo está bien y se puede vivir un poco en el pasado.

Esta palabrería vana que causa desconcierto, no es para insistir,

por el contrario, es para decirte que nunca has fracasado,

que sólo falta despertar y dejar de fingir, para poder vivir,

sobre todo, cuando se tiene al gran Dios siempre de tu lado.

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