El amor, como el espíritu, suele hacer eterna la pasión, mas no debemos olvidar, que hay conciencias que desmienten la cuestión, pues basan sus certezas, sólo en los químicos y su fusión; y aseguran que, sin combustión, no hay fuerza y energía para mover la alegría de un viejo corazón.

CON EL MISMO AMOR

Y si simplemente callara para enterrar mis anhelos,

y si el mirar fuera tan sólo una rutina, para no pensar

en tantas cosas imposibles que me causan desvelos.

Y si todo fuera cerrar los ojos para volver a empezar.

Empezar, sí, empezaría por buscarte a ti en los cielos,

en los maravillosos años en que, sin temor a fracasar,

con una sola mirada, te dije limpiamente y sin recelos,

lo mucho que te amaba y deseaba tus labios besar.

Y si me olvido, para no hacer de los sueños consuelos

de los lamentos del corazón, que no se quiere engañar

por los destellos de las dudas, que exacerban los deseos,

que, por los años vividos, se durmieron de tanto esperar.

Y si te digo de nuevo que te amo y me lleno de celos,

cuando por tu amor compartido, tengo que renunciar

a mi tiempo cada vez más medido, para aceptar los flagelos

que la madurez y mesura imponen para volverme a formar.

Y si todo fuera tan sencillo y tu calor causara los deshielos,

para hacer de mi frío cuerpo, una parte infinita del mar,

y perder entre la espuma los blancos cabellos de abuelos,

que a veces de mi entrega amorosa, a ti te hacen dudar.

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