¿Quién es más fuerte, el hombre o la mujer? Si de fuerza física se trata, cada quien da la batalla, porque no hay hombre que pueda presumir de aguantar el dolor como lo hace la mujer al parir.

El hombre que presume inteligencia, no puede ser compasivo cuando se convierte en bestia, en cambio la mujer, por ser la consentida de la creación, ve en cada varón a un hijo sin mayores diferencias, por eso, vence en fuerza e inteligencia, al apostarle siempre al amor.

 

VENCIDOS POR AMOR

Con el poder de su fuerza, el hombre busca salir victorioso,

si se trata de luchar con sus iguales, desea salir bien librado,

no le importa utilizar mala estrategia y ser poco decoroso,

le importa vencer, y no sentirse entre los suyos derrotado.

Pero su iluso poder se desvanece, cuando el Todopoderoso,

le recuerda quien es el Rey, al quitarle lo valiente y lo confiado,

al enfrentarlo a la mujer, de su creación, el ser más hermoso,

quien con una discreta mirada, lo condena a estar encadenado,

convirtiéndolo en esclavo de su amor, frágil, doliente y ojeroso

viviendo desde entonces en un trance sumamente ilusionado,

manso como cordero, cortés como todo un caballero, temeroso,

cuidando de su valioso tesoro, hasta de su sombra desconfiado,

inseguro, despistado, triste y contento a la vez, siempre cauteloso,

de que un hombre libre, generoso y más osado, le arrebate lo ganado.

Para fuerza, la de la mujer, que le quita al hombre con pasión lo poderoso,

sólo con la mirada, con un dulce beso apasionadamente envenenado,

hasta secar sus labios y llevarlo al cielo con deleite a la plenitud del gozo.

Rendido, pues, a la fuerza del amor de la mujer, mortalmente enamorado.

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