Esa sensación desesperada, de no saber si te falta algo o te sobran cosas en la vida, es por llevar una existencia tan acelerada, que no te da tiempo para consentir que estás completo y con Dios a tu lado no te falta nada.

Contigo no falta nada.

No sé si me falta o me sobra algo en la vida,

si pudiera decidir, prefiriera que me sobrara,

porque sentiría así, tener con ello sobrevida,

y tiempo de más, para que mi alma te alabara.

Si estar triste es renunciar a la vida consentida,

y me pides ser feliz así cuando todo terminara,

feliz sería entonces, al llevar la existencia referida,

al sentir tu presencia conmigo y nada me faltara.

¿Por qué el desconsuelo entonces, sin haber caída?

¿Por qué sentir como si algo muy hermoso me dejara,

y rompiera en mil pedazos mi corazón con su partida,

dejándome triste, como si nada en la vida me quedara?

¿Por qué no detener el tiempo y dejar que Dios decida?

Y pedirle que en mi corazón para siempre te guardara,

mi amor es la eternidad que Jesús te tiene prometida.

Una palabra tuya, mi Señor, bastaría para que yo sanara.

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