Tener madurez, sin duda, requiere de mucho tiempo, ninguna fruta verde puede madurar sólo por acción del pensamiento; hay frutas inmaduras que caen del árbol a destiempo, y al caer al suelo se mallugan, mas, no adquieren la dulzura de la fruta que espera con paciencia a que la experiencia le llegue con la sabia que le da la anhelada sabiduría.

Destellos de sabiduría.

La ansiosa mirada en busca de la luz que da la sabiduría,

vio en el destello de luminosidad, de aquellos labios rojos,

la promesa de quitar la venda del deseo, que un mal día,

por flaqueza, se infiltrará como mortal veneno por los ojos.

Hermosas son todas las mujeres, mas no las de mirada fría,

que evidencian con su entrever los rencores, que, por enojos,

le causaran otros seres, y por ello, del amor hoy desconfían,

confundiendo la misericordia, con la intensión de los abrojos.

Cuántas oportunidades da la vida, para no obrar con osadía,

¡Oh! confusión, cuando la llave equivocada, no abre los cerrojos,

y la inocencia es mal entendida, por el valor de dejar la cobardía.

Todo puede pasar, por creer que la madurez, no cumple antojos.

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