La verdad manifiesta

Cuando los días y las noches te parezcan cortos, y el alma insatisfecha necesite luz para mantener esperanza, cuando el dormir se dificulta tanto por sentir que la mente se quedó encendida por estar pensando, y los sueños sean la continuidad de tu pesado día y te veas corriendo, cuando deberías estar descansando en paz.

Cuando veas alejarse de tu vida aquello que resultaba ser un bálsamo para calmar la ansiedad que te causó el quebranto, cuando la risa se cambió por llanto ante la imposibilidad de regresar el tiempo, para vivir de nuevo los momentos que te dieron felicidad.

Cuando el camino que recorriste muchas veces, más que ilusionado, para llegar al sitio donde el color del cielo y lo verde del paisaje, al ser bañado por los rayos del sol, pintaban del mismo color el cuerpo energizado, para acentuar el crisol de tu espíritu plenamente iluminado por tu Creador.

Cuando desistir no es la respuesta, para no seguir por el camino para cumplir con  el destino que para ti el Señor tiene contemplado; cuando el amor es la verdad manifiesta y requiere de fortaleza y ánimo para abatir la resistencia  que le imprime la insensatez, que te impide ser feliz.

La verdad del cuándo, exhibe la dependencia entre el ser veritativo y el ser real, debemos pues, aceptar nuestras virtudes y debilidades, para ser genuinos, y reconocernos parte de un todo, y ver en ello, la necesidad de fortalecer valores, para sustentar todo tipo de viabilidades en nuestro amado paraíso al que llamamos hábitat.

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