Logra la Presidencia de la República a los 61 años y la pierde en 12 años, a los 73. Después de los 80 años, la mayoría pierde claridad de pensamiento, independencia, capacidades, es una etapa complicada; desorientación, confusión y delirio afectan, así está Acción nacional. Ni él mismo sabe quién es, qué busca, adónde se orienta, cuáles son sus motivaciones, y hasta puede hacer sus necesidades fisiológicas, antes de levantarse de la cama por las mañanas.
Cada gobernador se ha vuelto señor feudal, que, a según convenga, se rebelan al rey y plasman su interés de mini grupo, dejando al PAN en estado de indefensión mientras juegan sus canicas o se preparan para llevárselas pues el juego sexenal concluye y se ocupan de cosas banales como no llegar a ser huésped en algún penal. Otros no decepcionan al terminarse el juego, pues desde que se inició el sexenio, se auguró que no cumplirían ninguna de sus promesas de buen gobierno.
¿Tendrá PAN la capacidad de alinearse con los ideales de democracia en los que se basó su fundación? El tiempo del PAN y de un centenario, el PRI, concluyó. PAN sepultó la última oportunidad de ambos al no elegir el humanismo sociopolítico como herramienta de triunfo. Estos viejones están perdidos, idos de la mente, con su cuerpo que son sus simpatizantes, mutilado, adolorido, torpe, enflaquecido, sin fuerza ni deseo para lograr coordinar las acciones necesarias para desplazarse con objetivo y propósito, ni con capacidad para enterarse con juicio de lo que fueron, hoy son zombis.
Los centenarios en general, por el deterioro de la edad, olvidan lo que representaron y lo que fueron, dependen de terceros para su diario vivir. No pueden explicar, hacer comprender y entender a los ciudadanos lo que representan derivado de sus propias confusiones, como las alianzas entre ellos, con PRD; errores internos terribles, históricos, que dejan marca, como el voto en la Cámara de Diputados en contra de programas sociales; permitir el deterioro del territorio con explotación anacrónica de la minería y perdonar pago de impuestos a su explotación y a empresas multi millonarias, y el colmo, la reunión de algunos senadores con VOX, con la extrema derecha que sojuzga y esclaviza.
El PAN padece delirio intelectual, atrofia cerebral. No supo apreciar la coyuntura del proceso electoral pasado y mostró dura cara, a la que se teme, como a cualquiera situación extrema, sea izquierda, derecha, o de donde provenga. El humanismo político que ambos viejones representaron y lograron plasmar, en especial el PRI con fuertes instituciones de servicio social, ejemplo en campos diversos; salud, educación, campo, ganadería, una fortaleza económica de país; múltiples logros sociales y humanos, que ni siquiera la mayoría de los priistas conoce y puede señalar y presumir, los perdieron con el deterioro de cimientos fuertes y poderosos, rotos por corrupción y ambición y el consecuente abandono del humanismo sociopolítico. Ahora van con rapidez, “cuesta abajo su rodada”.