Muchos ciudadanos piensan que ser de un partido determinado tiene que ser obligatorio el pelear con los demás: los niveles de gobierno también deben ser exclusivos, y así, en esa absurda mentalidad, panistas deben obligadamente pelar con priistas, priistas con panistas, morenistas con todos, y otros cuya importancia social es mínima, deben alinearse con los que pagan.

Entonces, en el caso de la capital tamaulipeca, el alcalde Oscar Almaraz Smer debe ser enemigo de Francisco Cabeza de Vaca en forma automática: no debe saludarle ni avalar lo que pueda hacer a favor de Victoria o de cualquier municipio, por el hecho de ser oposición.

Almaraz deberá pelear todo lo que diga Cabeza de Vaca, y seguirá defendiendo a los miembros de su partido que hoy están en situaciones difíciles y más.

Pero la realidad es otra: quien es un político maduro sabe que tiene que convivir y tratar con todas las fuerzas políticas y sus niveles.

Tuvimos casos de alcaldes priistas que acudieron a México y obtuvieron muy buenos apoyos de parte de los presidentes panistas Fox y Calderón.

Nada tiene que ver el color, o así lo vemos nosotros. Deben ser congruentes con sus postulados, es decir, no paleros del que gobierna, pero tampoco enemigos.

Y en ese sentido, al alcalde victorense no le ha faltado la habilidad para ir a México y al Palacio de gobierno de Tamaulipas a buscar más dinero para Victoria, que hoy en día se cristaliza en obrs que, solo los que no soportan el éxito de los demás no pueden ver.

Calles tan importantes como la 21 o 22, la calle 19, parte de la calle Veracruz o allá por San Luisito, la calle Michoacán, por mencionar solamente algunas, han cambiado su fisonomía.

Hoy están pavimentadas, circulables, y los victorenses disfrutamos de su estado actual.

Cierto, no podemos decir que la presidencia municipal concluyó el programa de reencarpetamiento y pavimentación: falta mucho –muchísimo, para ser objetivos- pero no podemos negar que se avanza.

El alcalde, desde el inicio de su gestión nos acostumbró a verlo en las calles desde las 7 de la mañana. Para algunos amargados, eso es estar haciendo campaña anticipada para los próximos comicios, sin embargo, para otros no es más que las ganas de hacer las cosas para las que fue electo. Y poner a trabajar a un grupo importante de colaboradores que, por cierto, algunos deben poner sus sistemas de evaluación a funcionar, porque hay cosas que deben atenderse ya, mejorarse, y revisarse en cuanto a resultados y procedimientos.

El alcalde de Victoria nos está respondiendo, y algunos que se quejan del mal estado de sus calles no han entendido que Victoria tiene muchos miles de kilómetros por reparar, gracias a la ineficiencia de otras administraciones, y en ese sentido, Almaráz ha conseguido que el gobernador destine más dinero para nuestra ciudad, y que el gobierno federal entre con partes extraordinarias para que tengamos una mejor ciudad.

¿O no se ve eso?

No podemos ser tan ciegos que no veamos, ni lo bueno ni lo malo: hoy en día, el balance según opinión de la ciudadanía, es bueno para el victorense Oscar Almaraz Smer, y eso lo saben sus enemigos que pagan por difamarle y porque se minimice lo que hace.

Los camiones de basura son el claro ejemplo de lo que puede hacerse cuando hay una buena relación política en un municipio con su autoridad estatal, o podemos ver la cantidad de lámparas que se han reemplazado para que Victoria no esté tan a ciegas.

Cierto, falta atender otros rubros, pero nosotros somos de la idea de que al alcalde hay que exigirle, pero a la vez, hay que reconocer que él y su equipo están avanzando, pese a uno o dos que no sirven para nada.

Pero en términos generales, tenemos ua buena administración.

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