Es una burla, una vergüenza, bofetada e insulto el irrisorio incremento de 8 pesos al Salario Mínimo de los mexicanos a partir de diciembre; desde el día uno del próximo mes y de manera gradual durante el 2018, los mexicanos aspiraremos a ganar 88.36 pesos diarios por nuestro arduo trabajo y no los 80.04 que ganamos ahora.

La noticia “de impacto” trascendió este martes tras hacerla pública la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, misma que aplaudieron los funcionarios en el poder obviamente, pero condenaron el resto de los sectores sociales. Ocho pesos de incremento, es decir, un 10.4 por ciento que no te alcanza para absolutamente nada, ni siquiera para el litro de leche o kilo de tortilla que se requiere en la mesa a la hora de la comida.

La línea del Bienestar, según publica el CONEVAL y que han difundido ampliamente organismos como COPAMEX, explica que para que un ciudadano de este hermoso pero lastimado país pueda salir adelante con los gastos debería ganar como mínimo diario 98 pesos, cifra que sigue muy lejos de alcanzarse. A lo mucho los mexicanos aspiraremos a comprar una gordita más en nuestro almuerzo o un paquetito más de chicles para después de la comida… y párele de contar.

El anuncio de verdad que da coraje y más sí lo comparamos con los millones y millones de pesos que a diario se tranzan los corruptos de nuestro mismo dinero; y a ese desfalco agréguele la tajada que se llevan los funcionarios públicos, por más improductivos que han demostrado ser. Por cierto, esto me hace recordad el bono navideño de 100 mil pesotes que se autorizaron los diputados locales, los cuáles se agregan a su dieta mensual que es de casi 70 mil pesos; pero también me hace recordar con coraje el millonsote (o más) que se llevarán los federales y senadores en un acumulado de regalitos económicos el próximo año.

Los representantes suyos y míos corresponden a los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Movimiento de Regenaración Nacional, de la Revolución Democrática y hasta del Partido Encuentro Social y ni uno de ellos alzo la mano mara pronunciarse en contra de ese derroche de dinero.

Por cierto, Glafiro Salinas, diputados panista de Nuevo Laredo pretendió justificar “el regalito” al ser cuestionado en aquella ciudad fronteriza, dijo palabras más, palabras menos, que sí los medios de comunicación hiciéramos un análisis del neto que reciben mensualmente no los estuviéramos criticando públicamente. Se quejó Salinas Mendiola de sus gastos de impuestos, asesores, gasolina, hoteles, casetas de cobro y asistentes que reducen su ingreso considerablemente sin detenerse a pensar en la polémica y molestia que generaría su justificación. Y eso que es uno de los más creíbles y sinceros de la actual legislatura.

Recomendación. Sí no van a devolver el dinero, ¡quédense callados!

Que Dios lo bendiga, gracias

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