Es muy posible -y explicable- que usted sea uno de los que considere que el Partido Revolucionario Institucional es un cadáver político en Tamaulipas y en el país.

Si es así, forma parte de la mayoría de los mexicanos. Y con mucha razón, dadas las penosas circunstancias por las que atraviesa en casi todos los sentidos y casi en toda la nación el hasta hace poco poderoso PRI, que suma a su tormentoso presente la posibilidad de ver al ex presidente priísta Enrique Peña Nieto ante un juez, por las virulentas denuncias de un ex colaborador.

¿Por qué entonces decir casi, si es tan negro este panorama?

La pregunta no es gratuita o una ocurrencia. Algo curioso e inesperado sucede en el vecino estado de Nuevo León, en donde se da un escenario que podría ser un reflejo de la percepción política y electoral que vive la zona norte de la República, en donde se incluye Tamaulipas. Una región, no se debe olvidar, que significa no menos de 30 millones de votantes potenciales, entre los prácticamente 90 que integran el padrón electoral global.

Va la respuesta a la pregunta.

Una encuesta muy cercana publicada por el periódico El Norte arroja resultados que no abonan al pronóstico de que el Movimiento de Regeneración Nacional arrasará en alcaldías, diputaciones y gubernaturas en el año que viene. En ese contexto, los nombres y las cifras hablan de manera clara al respecto en estas latitudes, como le muestro a continuación.

En el primer lugar de ese sondeo, enfocado a la sucesión de Gobernador del Estado de Nuevo León, aparece con el 29 por ciento de preferencias la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores. quien se maneja como protagonista sin partido. No es esa la sorpresa, si así se le quiere llamar.

En el segundo lugar de la tendencia de voto nuevoleonés hoy en día, no aparece MORENA; tampoco Acción Nacional, pese a una larga trayectoria en esos lares. Se ubica nada menos que el Revolucionario Institucional. Sí, el PRI, con un 22 por ciento de apoyo, seguido precisamente por el PAN con un 19 por ciento y del morenismo en cuarto sitio con un 15.

Explicaciones pueden surgir muchas, a cual más razonable o por el contrario más incoherente, pero al margen de teorías y elucubraciones queda claro que el partido ahora en el poder federal no ha permeado en Nuevo León y lo más probable es que tampoco lo haya hecho en la región norte -a excepción de Baja California- como resultado natural de la histórica identidad política que muestran las entidades en esa geografía.

No sé a ciencia cierta que haya hecho el PRI en el Estado “regio” para merecer la aprobación anticipada de ese importante porcentaje de votantes virtuales, pero para ese instituto en el resto del país es endiabladamente importante volver la mirada hacia ese territorio y tratar de abrevar en los aciertos locales, que por lo visto existen, para poder subsistir.

No deben ser muchos los buenos ejemplos, porque pocas oportunidades tiene el PRI de hacer imagen partidista debido a su obligado retiro de cargos públicos. Deben ser factores más subjetivos, pero igualmente importantes:

Son la voluntad, la decisión y la lealtad a sus siglas, de quienes pueden devolverle a la casa que los cobijó y en muchos casos los enriqueció, la posibilidad a través de sus aportaciones de ser un protagonista real en el inminente proceso electoral, no un invitado de piedra o el pariente pobre al que muchos desprecian.
¿Podría lograr el PRI en Tamaulipas ser por lo menos el segundo aspirante en la preferencia popular a la gubernatura?

Lo veo difícil. A diferencia de Nuevo León, en donde sí entran al quite quienes aceptan el riesgo de sumar dinero y tiempo a la causa tricolor, aquí la mayoría de los egregios tamaulipecos siguen arraigados a una vieja e indeseable frase:
Lo cáido, cáido…

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