Durante los últimos años la política en México ha sufrido cambios profundos que, increíblemente el político tradicional ni siquiera ha podido advertir.
Me refiero en particular a que, frente a un liderazgo ampliamente popular como el del Presidente Andrés Manuel, cometieron y cometen un grave error quienes lo critican vulgarmente, sin narrativa, sin datos, y lo más importante, sin solvencia moral para hacerlo. De tal suerte que al no entender esta especial circunstancia, al criticar La Mañanera un día sí y otro también a través de twitter, los que se desgastaron fueron quienes precisamente intentaron desgastarlo a él.
Hoy llama mi atención que, en la antesala de la llegada del Presidente a Nuevo León, el alcalde independiente de San Pedro Garza García, Miguel Treviño, grabó un video en donde transmite al Presidente el optimismo que guardan en dicha ciudad por su arribo a tierras regias, pero, paralelamente pone un tema en la mesa, con prudencia e inteligencia.
Le recuerda con respeto el Alcalde al Presidente, que en torno al impacto de la Refinería de Cadereyta, un grupo de personas respaldadas por 4000 firmas ciudadanas promovieron una demanda de amparo exigiendo que dicha Refinería se ajuste a las normas mexicanas y a los compromisos ya firmados dentro de la Plataforma Proaire.
Y le dice textualmente: “Por eso esperamos de su visita: 1.- Reducir drásticamente las emisiones. 2.- Transparentar la operación de la Refinería. 3.- Mejorar la calidad de las gasolinas que se producen para el consumo de la zona metropolitana de Monterrey”
Y es que, más allá, estimado lector, de entrar al tema del derecho a la salud y del derecho al aire limpio, me refiero hoy al tratamiento del alcalde para defender un derecho de la comunidad que representa como primera autoridad municipal, sin entrar en un duelo estéril de ideologías o al concierto de críticas absurdas que diariamente le profieren los políticos tradicionales, sin éxito, como ya expliqué, que a ningún fin práctico conducen.
Qué diferente hubieran sido las gestiones de algunos ex gobernadores -incluido el de Tamaulipas-, si hubieran sabido respetar una investidura presidencial cuyo respaldo popular mayoritario está aún a la vista.
Ojo, no propongo en lo absoluto que lo ideal fuera o sea ser tapetes, no es mi forma de ser ni mi estilo político, lo que sostengo es que ante un presidente con tal legitimación, deben hacérsele cuestionamientos inteligentes, para ir atrapando la atención de un electorado cada vez más vigilante del quehacer político y así aspirar a cautivarlo.
En fin, ojalá hayan salido buenas cosas para nuestro estado vecino, y sobre todo para Tamaulipas este fin de semana con la visita presidencial.
No a las descalificaciones banales, sí a los planteamientos respetuosos, con sustancia y provecho para la comunidad.