Como se vea, es una declaración desafortunada.

La autoría es de Jesús Nader, Secretario de Administración en el Estado. Y debo admitirlo, me resulta extraño atestiguar así sea como lector, gazapos de esa naturaleza en labios de un político que ha encanecido en trincheras del quehacer público, desde el municipal hasta el federal.

Voy al grano.

Ayer leí un anuncio hecho público en los medios locales, sobre una disposición de la dependencia bajo el control del señor Nader para el uso de uniformes obligatorios, que tiene como objetivo de acuerdo a las palabras textuales del mismo funcionario, “mejorar la imagen del Gobierno del Estado”.

Nada malo tiene buscar esa meta, pero en la percepción de su servidor el Secretario pasó por alto dos aspectos. Los cito:

Primero, no puede, no debe, medirse el nivel de imagen de una institución gubernamental, cualquiera que sea su orden de competencia, por la vestimenta de sus trabajadores. Señalar que se impone como indispensable un uniforme es válido y hasta positivo sin duda alguna para otorgar un factor de identidad o para mejorar el control de los empleados, pero no para que esa autoridad, expresado en palabras coloquiales, “se vea mejor”.

Manejar ese argumento equivale, en una libre interpretación, a una forma de discriminación por el nivel económico de los trabajadores, reflejado en la ropa que utiliza para cumplir sus labores. Tal vez no fue esa la intención del Secretario, pero sin lugar a dudas abrió la puerta a una especulación innecesaria.

El segundo aspecto se refiere a la adquisición de esos uniformes.

El señor Nader señaló, en un aparente intento de no verse involucrado en sospechas infundadas, que la ropa mencionada se adquirió en la ciudad de Guadalajara. “Yo nada qué ver”, apuntó.

Y la pregunta surge natural: ¿No fue un compromiso privilegiar a las empresas tamaulipecas como proveedores de insumos?

En una reflexión de buena fe, el argumento podría ser que se buscaron los mejores precios en ayuda de las finanzas estatales, pero resulta imposible soslayar que con esa elección se dejó fuera a un sector manufacturero de la Entidad que tiene evidente necesidad de colocar sus productos.

No quiero ahondar más en el tema. Bastante miga contiene ya lo señalado, pero ojalá que don Jesús no metiera en camisa de once varas a la institución que representa, bajo un viejo dicho popular:

“No hagas cosas buenas que parezcan malas…”

LAS FICHAS DE MORENA

MORENA sigue tejiendo sus hilos en Tamaulipas, bajo la supervisión directa de su líder Andrés Manuel López Obrador.

Y adivine cuál municipio es el foco de atención. Sí, ya se sabe: Reynosa.

Unos días atrás se celebró en la Ciudad de México una reunión cupular en la cual el tema de nuestro Estado ocupó un lugar preponderante. En ella prácticamente se decidió una de las candidaturas de ese color al Senado en favor del reynosense José Ramón Gómez Leal, conocido popularmente como “El Jr”.

Y no sólo eso sucedió.

También se “puso la cama” para Armando Zertuche como el más sólido aspirante a la candidatura para la alcaldía de Reynosa, cuerpeado precisamente por el mandamás de Regeneración Nacional, quien usted ya sabe.

Zertuche es uno de los tamaulipecos con mayores simpatías de parte de López Obrador. ¿Falta alguna otra recomendación?…

SENTIDO COMÚN

Por fin se puso en marcha la remodelación del “17” de Victoria.

Se impuso la cordura y el sentido común sobre las bravuconerías e intentos de algunos de ser protagonistas de primera fila, como trampolín para aparecer en medios y consolidar aspiraciones a puestos electorales.

Me alegra que se lleve a cabo esa obra porque representa darle a la capital tamaulipeca una mejor imagen urbana y ornamental sin detrimento de uno de sus más bellos atractivos: su jardinería.

Bien por el esfuerzo del alcalde Oscar Almaraz, quien logró el respaldo total del Gobierno del Estado, Por algo será…

@LABERINTOS_HOY