Sin lugar a dudas que el consumismo nos ha invadido: el Buen Fin ha despertado en muchos de nosotros la inquietud por gastar, por comprar y aprovechar esas muchas ofertas que, a decir verdad, muchas no lo son, pero ahí están haciendo que algunos de nosotros pensemos que estamos aprovechando y disfrutanfo de estirar aún más nuestro presupuesto.

Para tristeza de muchos, el gobierno no adelantó el aguinaldo o alguna parte de ese dinero que a fin de año llega a las cuentas de los trabajadores, sin embargo, hemos de ser sinceros y agradecer el detalle, porque de esta forma contaremos con un poco de recurso para navidad y las fiestas de fin de año.

No todo lo que vemos en el Buen Fin es oferta, y no todo se requiere; abundaron, como sucede año con año, las compras de pantallas de todo tipo que estuvieron ofertadas a precios muy accesibles y agradables al bolsillo, aunque hay que mencionar que entre las ofertas nos encontramos con equipos viejos, obsoletos y más.

Un claro ejemplo es el equipo de cómputo marca Apple que nunca oferta sus productos, y lo hemos encontrado en la tienda más cara de Victoria hasta 10 mil pesos menos un ordenador portátil de primera, y nos preguntamos por qué, si cuesta 60 lo ofertan en 50 mil.

Sencillo: Liverpool incluyó en su Buen Fin este tipo de equipos, pero está ofreciendo la versión anterior del mismo, es decir, como si usted fuera a comprar un carro nuevo pero modelo 2015 o 2016: es así de irregular, chueco o inmoral, porque legal sí lo es.

Dicen los que saben que las zapaterías son las que más porcentaje de clientes registra en estos días de ofertas, pero hemos visualizado en algunos recorridos que las plazas donde se encuentran tiendas de autoservicio también lucen plenas de potenciales clientes.

Es el efecto del Buen Fin, y para ello la Procuraduría Federal del Consumidor ha hecho una serie de acciones con el objetivo de cuidar que no haya abusos en la forma en que algunos comerciantes nos tienen acostumbrados a padecer.

Aclaramos que hay comerciantes que realmente hacen de este Buen Fin un tiempo para ofertar a precios bajos y con oportunidades interesantes, sin que lo anterior diga que todos son honorables, pero tampoco todos son bandidos.

Hay de todo, como en la Viña del Señor.

Profeco hizo una serie de recomendaciones para los potenciales clientes y que tienen que ver con revisión de listas de precios, de datos de los productos que deseamos adquirir y muchas más, así como también os ofrecieron los teléfonos de reporte por aquello de los abusos.

Victoria tendrá una derrama importante para que gran cantidad de negocios puedan solventar gastos que durante el año no se cubren por la falta de liquidez, producto de la situación tan difícil que hemos vivido desde hace más de un año en la capital y que tiene que ver con la falta de circulante, de empleo y de oportunidades.

El Buen Fin no es una copia de otros recursos de promoción, sino que es una estrategia pensada en que el comercio local pueda recuperarse un poco de los difíciles meses vividos.

La infraestructura cambia, las necesidades cambian, pero los comercios aprovechan y algunos, insistimos, con toda honestidad se conducen y nos ofrecen gangas que podríamos aprovechar.

Hay que tener cuidado con los que se dedican a hacerse de recursos ajenos sin trabajar, y evitar que nuestras carteras o monederos estén a la vista, susceptibles de ser robados.

Tenemos que aprender a cuidarnos, aprovechar el Buen Fin, y sobre todo, entender que no

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