Lo que pareció en un principio un montaje desmedido, se ha convertido en una lápida difícil de cargar, nadie en su sano juicio creía que la tesis de la ministra fuera plagio. Su carrera ascendente en el sistema de justicia mexicano, nunca se vio manchado, salvo por los temas que le interesaban sobre manera y que tenían mucho que ver con la consolidación del nuevo gobierno.
Pero eso no era de extrañar, tradicionalmente en este país y en otros muchos más, eso es natural, nadie quiere pelearse con el poder en turno, pues la diferencia de peso hace que el resultado final sea el esperado.
¿Porque pasaron tantos años sin que nadie se preocupara por investigar su tesis de licenciatura? Bueno eso es sencillo de explicar, no hubo infidencias antes, no había futuro acelerado, porque para cualquiera queda claro, que, si ella no hubiese aspirado al cargo más alto del Supremo Tribunal de Justicia de la Nación, nadie se hubiera dato el tiempo para escudriñar su pasado.
En la década de los 80s fue muy común el plagio de tesis, los mismos asesores de las universidades lo promovían, el asunto es tan sencillo que significaba pesos y centavos.
Si, así como lo oyen las nuevas generaciones, en aquel entonces preparar una tesis era bien remunerado, no porque los alumnos no estuvieran preparados, sino porque no todos tienen la capacidad suficiente de redacción como para escribir 10 cuartillas, además de que, en la juvenil edad, el léxico resulta insuficiente como para impresionar a un sinodal.
Así que, los asesores de tesis se convertían en eruditos, siempre y cuando tuvieran buena redacción, pero como las ideas se agotan, entonces recurrían al machote, término bien entendible entonces, por todo aquel aspirante a un título.
A su favor se alineaban los astros, no existían los recursos de hoy para poder comparar los párrafos escritos, una revolcada y listo, aunque el tema fuera el mismo, la diferencia a veces solo era el título de la tesis, vi muchos casos así, algunos hasta se jactaban de ello y nombraban el monto de su atrevimiento.
El único responsable desde mi punto de vista muy personal, eran ellos, los estudiantes flojos, los comodinos que nunca supieron pensar para poder redactar, los asesores de tesis no, pues ellos solo vieron la oportunidad de incrementar sus escasos recursos obtenidos en la docencia. Pero al final de todo, ambos, alumno y asesor cometían un delito.
Tal vez para el investigador que tenía el tiempo contado para encontrar algo, fue fácil encontrarlo, pues estamos hablando de 1 año de diferencia entre la supuesta tesis original y la plagiada, pero no me queda la menor duda, de que, si hubiese seguido investigando, encontraría más tesis similares, tal vez con otro encabezado. ¿Pero a quien le interesa exhibir a un abogado laboral de alguna empresa privada?
Lo que sí quedó claro es que la Ministra no tiene el menor respeto por el Presidente de la República, porque ante la evidencia clara de la investigación, lo primero que debió hacer es redactar su renuncia, asumiendo la responsabilidad de su actuar juvenil, reconociendo ante él, que lo había hecho y que no debía mancha ni a su Alma Mater y mucho menos a las instituciones gubernamentales.
El egoísmo que mostró fue el detonante del escándalo más grande de la UNAM en toda su historia, la pusilanimidad del Rector al querer trasladar la responsabilidad a la SEP, lo deja ahora en manos del Consejo de la Universidad, pues de ellos dependerá si reconocen los errores cometidos por terceros, para en un último intento tratar de rescatar algo de prestigio.
Esta semana, un famoso jugador de futbol del equipo de la UNAM brasileño de origen y de nombre Dani Alves, fue removido de su puesto en el equipo y cancelado su contrato de inmediato, al darse a conocer que en Barcelona el último día del año 2022 en un bar o antro de moda, participó en una agresión sexual a una jovencita.
Parece mentira, pero los directivos deportivos fueron más asertivos en sus declaraciones inmediatas que las que hizo el directivo académico de la Universidad.
Ojalá alguien le explique a la Ministra que ya, TODO SE DERRUMBÓ.