Antes del Tratado de Libre Comercio, en México la mitad de la superficie agrícola producía para autoconsumo, por ello la pobreza en el campo. En el auge del campo, el crecimiento del país se basó en el campo sacrificando su apoyo para hacer crecer la manufactura y crecimiento en las ciudades.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, y Banco de México citan que en 1994 México produjo 29 millones 200 mil toneladas de granos y oleaginosas. Al cierre 2022 es de 40 millones de toneladas. Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, explicó que el TLC impulsó la exportación a pesar de falta de certidumbre como en EE. UU., con costos bajos y apoyos al ingreso.
Al primer sexenio de vigor del Tratado 1994-2000, la producción de maíz, frijol, trigo, arroz, canola y aceites entre otros pasó de 29 millones 200 mil toneladas a 29 millones 600 mil, a pesar de que el TLC afectó al enfrentar mercados competitivos y la reducción de subsidios internos. Para el final de Fox 2000-06 la producción fue 34 millones 600 mil toneladas, la mayor de la historia por política de apertura al comercio exterior y modernización de infraestructura agrícola.
Con Calderón, 2006-12 el alza en la cosecha de granos y oleaginosas fue de 2 millones de toneladas, (36 millones 600 mil toneladas) pues el gobierno impulsó programas de apoyo que mantuvieron la producción pese a sequía e incremento de los costos de insumos. Con Peña, 2012-18 se estableció récord para un año con 41 millones 500 mil toneladas en 2016. Las políticas de diversificación de exportación y acuerdos comerciales abrieron mercados y mitigaron efectos de la competencia con EE. UU., y Canadá.
La Hora 25: En los 5 años del presidente López el crecimiento es cero pues se mantuvo en 40 millones, cifra que se estima menor para 2024. Este resultado en producción de granos y oleaginosas se debe a que el gobierno se enfocó a la autosuficiencia en maíz y frijol, pero la incertidumbre en el sector agropecuario limita el auge, lo que provoca el aumento récord en las importaciones de dichos productos.
Los productores requieren apoyo y subsidios para la riesgosa tarea de producir alimentos pues los sistemas de riego son escasos, obsoletos y la alteración de los ciclos de lluvia afectan a la producción en México.