En una colaboración anterior nos referimos a la cuota de género femenino que los partidos políticos en México tienen que asumir y la necesidad de que se desaparten del modelo tradicional de hacer candidatas a familiares de alcaldes, gobernadores y  demás personajes en el poder. Para ello, ya existen intentos a nivel internacional de contribuir con un mecanismo basado en la investigación científica realizada por Alejandra Massolo, cuya aportación la ha canalizado a través del Instituto de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (INSTRAW por su siglas en Inglés).

Esta propuesta ha diseñado un perfil para las candidatas a alcaldesas que facilita de alguna manera una formación guiada, y por otra parte sirve como una especie de test para seleccionar las cartas idóneas de los grupos de mujeres que están visibles para ser tomadas en cuenta como candidata y sobre todo para que dé buenos resultados en su encargo.

A partir de los antecedentes que nos proporciona la investigación realizada por Alejandra Massolo como aportación al Instituto de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer, se ha elaborado una propuesta de perfil para las candidatas a alcaldesas, un tema que debiera estar en la mesa de debates de todos los partidos políticos, para estar en condiciones de competir en los comicios de 2027 con las mejores opciones femeninas.

Ese perfil ideal lo han denominado <currículum de género> y se construye con: logros personales; grado de involucramiento en la vida municipal; relación con distintos actores sociales y políticos dentro y fuera del municipio; grado de conocimiento conferido a sus actos por parte de otros y otras, lo cual se traduce en prestigio social y finalmente participación política.

La paridad que por ley tienen que asumir los partidos en México y en muchas partes del mundo, teniendo como antecedente indicadores muy bajos de presencia femenina al frente de los ayuntamientos, reclama un análisis para incorporar a mujeres que quizá nunca han pensado en política, pero que cubren cuando menos cuatro de los cinco puntos señalados.

Aquí podemos hacer un paréntesis para comentar que Paloma Guillén Vicente y Laura Alicia Garza Galindo (QEPD), en el inicio de su carrera política fueron incorporadas por su perfil profesional, por lo sobresaliente de sus calificaciones en la universidad y sus primeros desempeños en responsabilidades propias de su profesión, y los resultados fueron satisfactorios.

Por otra parte, el trabajo de investigación citado también hace referencia a los elementos que deberán de tomarse en cuenta para la evaluación de los perfiles y trayectorias de las posibles candidatas a alcaldesas, que incluye características y condiciones que individualizan a las mujeres según su lugar de origen (no es lo mismo un poblado rural a uno urbano), clase social, estado civil, religión, ideología política, escolaridad, profesión o actividad preponderante, si son madres o no, incluyendo la edad de los hijos.

Es un dato recurrente entre las limitantes de participación de la mujer en política e incluso en la academia, los embarazos y así como la etapa en el papel de madre que requieren los cuidados de los hijos.

Asimismo, la investigación de Massolo fue aplicada a 81 presidentas municipales en 21 estados de la República y producto de este trabajo propone la categoría de curriculum de género, que se define como algo construido a través de su socialización, origen político, profesionalización, desempeño laboral y proyección en la comunidad.

Esta investigación aportada al INSTREAW concentra datos que precisan, que el 66 % de las alcaldesa encuestadas, afirmaron tener un vínculo familiar (padre, tío, hermano) o conyugal con algún funcionario municipal, estatal o del partido, sólo  una tercera parte de la muestra  desarrolló una incipiente “carrera política”, asociada con militancia.

Esto último coincide con el desarrollo que ha tenido la vida política femenina en Tamaulipas y no es que se proponga cancelar ese modelo, pero urge despertar el interés o vocación por la política  en mujeres que tienen un crédito en la sociedad por su desempeño; en aquellas que son conocedoras de la problemática de su municipio y que puede por su formación profesional o capacidad, gestionar el bien público.

            LA UAT ACREDITA LA CALIDAD DE PROGRAMAS ACADÉMICOS

En su propósito de consolidar la calidad de sus programas educativos la Universidad Autónoma de Tamaulipas mantiene de manera permanente los procesos con organismos nacionales de evaluación y acreditación de la educación superior. En esa tesitura el rector Dámaso Anaya Alvarado puso en marcha de manera virtual y presencial, los trabajos de evaluación que permitan acreditar o reacreditar los programas de licenciaturas .

Es el caso de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria donde se inició la evaluación de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por el Consejo de Acreditación de la Comunicación y las Ciencias Sociales, A. C. (CONAC). Asimismo el rector Anaya Alvarado firmó un convenio con el Consejo Nacional de Educación de la Medicina Veterinaria y Zootecnia A.C. (CONEVET) para iniciar el procedimiento de evaluación externa, el cual inició con visitas de ese organismo al plantel de la UAT.

El rector de la UAT ha estado muy pendiente en el seguimiento de todos los procesos administrativos para la realización de estas tareas de acreditación, ha firmado los convenios correspondientes, con todas las facilidades de cooperación para el mejor desarrollo de los trabajos. Estas tareas se extienden a todos los planteles universitarios sin excepción.