Nada nuevo, pero no tomado en cuenta con la importancia debida, no todo dolor se traduce en un mal físico, hay dolores que expresan necesidades insatisfechas, preocupaciones y deseos reprimidos; con el tiempo, como médico, he ido aceptando la importancia de las emociones y sus repercusiones en nuestra salud, de hecho, en la actualidad, el desequilibrio emocional es causante de padecer frecuentes dolores en diferentes partes del cuerpo, sin abandonar el concepto de que el dolor es una percepción sensorial localizada y subjetiva, que puede ser más o menos intensa, molesta y desagradable que se siente en alguna parte del cuerpo; y que es el resultado de una estimulación o excitación de terminaciones nerviosas sensitivas especializadas.
Pero cómo explicarles eso a los pacientes que se aferran casi exclusivamente al uso de analgésicos para paliar el dolor, cuando deberían de hacer cambios en sus hábitos, para encontrar una solución, que además de ser más saludable resulta ser efectiva.
Encontramos alguna literatura especializada sobre las emociones, como causa de dolor en el cuerpo, de tal manera que expondremos algunos ejemplos y quedará a criterio de mis cultos lectores, el creer o no en lo que se cita a continuación: El dolor de cabeza estaría relacionado con la falta de toma de decisiones acertadas en cuestiones importantes. El dolor muscular con la rigidez con la que nos conducimos ante el estrés diario, debiendo ser más flexibles para aceptar lo que en verdad podemos resolver y lo que requiere de la intervención de otros, para ayudarnos a resolver situaciones estresantes. El dolor del cuello se le relaciona con los resentimientos y nuestra incapacidad para perdonar a otros y requiere de conocer nuestras fortalezas, el amor por nosotros mismos y el amor por el prójimo para observar más sus virtudes que sus defectos, y más que del hecho de enjuiciar constantemente nuestra conducta o la conducta de los demás. Dolor de hombros, se le relaciona con la gran carga emocional que llevamos, y resulta no ser nuestra, por lo que se requiere de regresar a cada quien lo que le corresponde cargar, para aliviar nuestro dolor. El dolor de estómago se le relaciona con la intensidad con la que tomamos las diversas situaciones que enfrentamos en la vida, si se trata de algo estresante, debemos de estar preparados para no aceptar aquello que no deseamos y que percibimos como desagradable en el momento en el que enfrentamos situaciones negativas. El dolor de espalda alta está relacionado al sentimiento de desamor o rechazo que tenemos de parte de los seres que amamos, del hecho de no sentirnos valorados por ellos, por lo que se recomienda convivir más con las personas positivas para que la transferencia de emociones positivas nos ayude a reflexionar sobre los motivos de esa percepción. El dolor de la espalda baja se le relaciona con las preocupaciones económicas y la falta de organización para resolverlos. El dolor de los codos se le relaciona con la resistencia a los cambios. El dolor de brazos se le identifica con los aspectos de cargar con responsabilidades ajenas. El dolor de cadera se le relaciona con la manera en cómo convivimos con las personas, si no hay armonía, cordialidad, aspectos de lealtad y solidaridad, confianza. El dolor de rodillas se le relaciona con aspectos del ego elevado, estar sobrevalorado al punto de ser pretencioso. El dolor de tobillos está relacionado con la falta de tiempo para ser amado. El dolor que causa fatiga se le relaciona con el miedo a realizar acciones que puedan proyectarte hacia una mejor vida, el miedo a realizar cosas nuevas. El dolor de los pies se le relacione con los trastornos depresivos. El dolor de piernas es la resistencia a salir de la zona de confort.
Aclaro, que primero deben descartarse las causas orgánicas de este tipo de proyecciones del dolor, pero cuando todo parece ineficaz para su control o erradicación, es necesario pensar en las causas emocionales.
enfoque_sbc@hotmail.com