En múltiples regiones en el mundo hay secuestro y desaparición de niños y jóvenes. Centroamérica sufrió este fenómeno. África aun lo sufre sin intervención de países avanzados, civilizados, para terminar con los genocidas, confundidos con los criminales.

El mundo no escucha estos lamentos, no hay acciones de control para aliviar la impotencia de millones de personas ante el avance criminal por drogas, petróleo, diamantes u otro recurso natural. México está en este estatus.

Entre los múltiples problemas sin solución en el país, los menores desaparecidos, no localizados, es de los severos pues se deshumaniza a la persona para lesionar el tejido social, sin remordimiento ni conciencia. Desde el 31 de diciembre de 1952, con corte al pasado 20 de mayo, el Registro contabiliza 16 mil 305 personas de 0 a 17 años de edad desaparecidas, no localizadas, de las cuales 7 mil 375 casos ocurrieron en lo que va del sexenio, el 45% (Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL)

En el rango de 13 años se registran 325 adolescentes desaparecidas no localizadas contra 158 varones; en los 14 años, la cifra de mujeres aumenta a 493 contra 276 hombres; en los 15 años, se registran 686 mujeres contra 409 varones; en los 16 años se contabilizan 693 femeninas contra 591 masculinas. En los 17 años, la mujer suma 588 casos contra 688 registros de varones. Las entidades con más reportes son: Estado de México, 1,568; Ciudad de México, 938, y Nuevo León, 549.

Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina comentó que el fenómeno se relaciona con la estrategia de militarización del país, por lo que se recurre al reclutamiento forzado por el crimen. El presidente López priorizó atender las causas de la violencia: pobreza y desigualdad, sin atacar a las mafias, así que la tasa de homicidios se mantiene arriba de 23 por cada 100 mil habitantes, superior al promedio latinoamericano.

En toda guerra la mujer es objeto y trofeo. Para tener contentos a los sicarios los grupos criminales crean casas de explotación sexual. Para Pérez García, México debe tipificar el delito de reclutamiento. “La desaparición es la puerta de entrada a otros crímenes. Un niño o joven desaparecidos puede ser víctima de explotación sexual, tortura, explotación laboral; las chicas víctimas de feminicidio, y los hombres víctimas de reclutamiento, para cometer crímenes atroces”.

Sin policía capacitada, honesta, bien armada y bien tratada, como personas, con dignidad, con una guardia Civil que no puede conectar con la sociedad, sin política nacional eficiente de combate al crimen, México está en estatus de abandono ante el mando nacional del crimen organizado.