En mi entrega de la semana pasada señalé que debía castigarse la corrupción en Tamaulipas, y de hecho, celebro así haya ocurrido. Era lo lógico, a pesar de los intentos mezquinos de algunos por conservar a un electorado que poco o nada procuraron.

Enhorabuena por el proyecto del Presidente. Buenas noticias para Tamaulipas: Ya no huele, apesta a Morena la Gubernatura del año entrante. Parece que falta mucho pero en octubre (en tres meses) arranca el proceso 2022 la autoridad electoral.

Ahora, así como algunos panistas como Gustavo Madero, Javier Corral, y en parte Damián Zepeda fueron autocríticos al aceptar la gran derrota que sufrió el PAN el pasado domingo, creo que lo más responsable es que exista una corriente de opinión crítica al interior de Morena.

Pues, aunque de entrada el ambiente es feliz, feliz, feliz, como con sana ironía deslizó el Licenciado López Obrador hace días en ‘La Mañanera’, lo cierto es que en Tamaulipas -no me atrevería a decir que así ocurrió en todo el país- se impusieron el voto de castigo, la marca AMLO, y el trabajo de algunos candidatos.

¿Qué quiero decir? Por raro que se escuche dados los buenos resultados electorales obtenidos, MORENA como institución partidista fue inexistente: faltó unidad, organización, liderazgo, cohesión y respaldo ordenado a las políticas públicas exitosas que ha implementado el gobierno federal.

Y es que el partido es importante no solo desde el punto de vista de que está próxima la Gubernatura, sino en acompañamiento al trabajo del Presidente, y en lo local, en refuerzo de lo que los ahora candidatos electos trabajarán en beneficio de sus comunidades.

Sostener a MORENA Tamaulipas en las condiciones en las que está, sería lamentable. Es el momento de que se “abra” el Partido, que sea incluyente, formal, ordenado, reclutador, capacitador, debe cobrar relevancia: la proporcional a la legitimación presidencial. No es cualquier partido, caray.

Es el momento además, de ir por las clases medias. De aprovechar al Partido para que éste sea una trinchera que no solo transmita correctamente lo que pretende el movimiento, sino además, desengañe a la ciudadanía que ha sido víctima de la manipulación de intereses locales creados.

Dicho de otra manera, MORENA necesita voces sensatas, con proyección, claridad y prestigio para que pueda ‘cerrarse la pinza’ rumbo a 2022. Debe defenderse correctamente la representación popular que el pueblo ya comenzó a elegir para el Estado, desde un Partido sólido, no como lo es hoy.

Considero que esta elección feliz, feliz, feliz, sería peligrosa sin autocrítica: dejarle todo al peso del voto de castigo y a los buenos números del Presidente, o al trabajo de un candidato, sería confiarse, dado lo cambiante que resulta hoy el humor social.

Disfrutemos el triunfo, pero con responsabilidad, y mirada de largo alcance…