Tamaulipas no puede vencer la epidemia del coronavirus o Covid-19, debido a que la están combatiendo con una receta política en lugar de una de corte sanitario.

En efecto, los contagios van al alza lo mismo que las defunciones, porque el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca está enfrascado en librar una guerra mediática en contra del gobierno federal, en lugar de canalizar energías, talentos y enjundia en el fortalecimiento de la estrategia sanitaria.

Se la pasa el mandatario panista haciendo turismo grupal clase GOAN, con viajes cada semana para repetir la misma cantaleta de la coordinación pero sin tomar acuerdos que ayuden a hacer disminuir la incidencia del mal.

El fracaso de esta campaña se debe a que se montó sobre un objetivo político en lugar de buscar soluciones con criterios científicos a la problemática epidemiológica.

En su reunión de Dolores, Hidalgo, el grupo de Gobernadores del PAN, de plano se descaró y anunció que lo que realmente quieren, es tumbar de la Presidencia de la República, a Andrés Manuel López Obrador.

Su proclama a favor de la libertad, la democracia y el federalismo, es demagogia pura, hipocresía delirante y poses histriónicas, porque al menos en Tamaulipas, no corresponde con la conducta que se ejerce desde el palacio de gobierno.

Invoca Cabeza de Vaca la libertad, pero abundan aquí los presos políticos, habla de democracia y agandalla el manejo del Congreso local con 22 diputados de su partido, dice respetar el federalismo, pero se lo quiere acabar con la ruptura del pacto fiscal y la separación de la República.

Se desborda Cabeza de Vaca en su afán recaudatorio, al anunciar su pretensión de crear un impuesto a empresas que usen energías contaminantes.

El proyecto, seguramente creado por Arturo Soto Alemán, El Recaudador, es inviable, porque estaría encaminado a cobrarse a la CFE por usar combustóleo, pero da la casualidad que esa empresa federal no tiene ninguna planta en Tamaulipas.

El impuesto contra empresas contaminantes sería en proporción al daño que cause en la entidad que se trate.
Por supuesto, el Congreso de mayoría panista, incondicional y abyecto, aprobará lo que le mande Cabeza, igual que lo hizo con el decreto para exprimir los bolsillos de los dueños de carros extranjeros, chuecos o chocolates.

Retomamos el tema del coronavirus, para agregar que no existen campañas gubernamentales de concientización, que contribuyan a atajarlo y se disparan todos los días los contagios.

Reynosa es la ciudad con la mayor incidencia registrada, lo que pone en evidencia las mentiras de la presidenta municipal Maki Ortiz Domínguez, cuando ofreció gastar 60 millones de pesos en una estrategia epidemiológica.

El proyecto incluía el reparto de créditos, bonos, ayuda directa, especialmente a la pequeña y mediana empresas así como a vendedores ambulantes, pero no hay resultados a la vista.

El gobierno estatal dispuso aumentar la cuarentena hasta el 30 de junio, de tal manera que hoy lunes no habrá el anunciado regreso al trabajo en las oficinas públicas. La UAT también permanecerá inactiva, hasta el fin de mes.

La Secretaria de Salud Gloria Molina Gamboa repite todos los días, en sus boletines oficiales de actualización de números de contagios y defunciones, el exhorto dirigido a la sociedad tamaulipeca, de permanecer en casa.

Pero no le hacen caso. Hasta los tianguis fueron reabiertos aunque con filtros sanitarios, pero sin una real protección, porque las personas se mezclan, se juntan, muchas sin tapa-bocas, cargando niños o acompañadas por ancianos.

En las principales ciudades del Estado se ven las calles céntricas repletas de vehículos y gente en movimiento, como si la enfermedad hubiera sido eliminada. Nadie se cuida y en esas condiciones, es fácil la transmisión.

Los políticos y funcionarios siguen repartiendo despensas e insumos médicos en colonias proletarias, para ayudar a familias vulnerables y de paso conseguir espacios en los medios.

Por cierto, Tamaulipas sigue envuelto en episodios de violencia, que no parecen preocupar al sistema estatal de seguridad y justicia. En Reynosa asesinaron a un doctor en su consultorio del centro de la ciudad, a cuadras del palacio municipal, dejando herida a otra persona.

El fin de semana ocurrió un incidente explosivo en las afueras de San Fernando, cuando tres patrullas de la policía estatal instalaron un reten centavero. Un grupo de personas presuntamente armadas, llegó al lugar para ordenarles su retiro.

Los uniformados fueron amenazados de muerte por un señor que se identificó por su nombre, luego de restregarles en los rostros que extorsionen a los conductores. “Hay muchas quejas en su contra, porque hasta a mi esposa la detuvieron y la trataron como a un delincuente”.

Hasta en dos ocasiones fueron advertidos. “Si vuelven a las andadas, los vamos a quemar”. Y “si vuelven a detener a uno de mis hombres, van a firmar su sentencia de muerte”.

Ninguno de los agentes replicó. Ni cuando ese señor Ortiz les ordenó que se dejaran de extorsionarlos y mejor se dedicaran a perseguir a los delincuentes profesionales. Muy temerario, pues inclusive retó a los agentes de las tres patrullas a tratar de desarmarlo. “No pueden”, les dijo.

Por cierto, agricultores anunciaron que el miércoles volverán a bloquear la carretera, a la altura del puente Las Barreras, ahora, porque no hay precio oficial para el sorgo.

En Nuevo León, El Bronco les metió miedo a los diputados del Congreso, pues no solo no lo destituyeron del cargo de Gobernador, sino ni siquiera le pusieran una multa. Muy blandos, los diputados.

Cumplen años Antonio Arratia Tirado, Pedro Granados Ramírez, Roberto Yolotl Flores Peña, Juan Alejandre Hernández.
Tercer aniversario luctuoso del abogado Pedro Etienne Lafon.

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