Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz es oriunda de Tepatepec, Hidalgo, donde nació en 1963. Carmen Morán, en El País, afirma que para dilucidar si Xóchitl proviene de una familia indígena y pobre, habría que visitar Tepatepec, dónde se pueden comprobar tanto las raíces indígenas como la sangre mestiza y el origen modesto de su familia, aunque con ciertos privilegios, según reportan vecinos y ex compañeros de escuela de la Senadora.
De ella tengo el recuerdo de su ingreso al gabinete de Vicente Fox en el año 2000, como titular de la Oficina de la Presidencia para la Atención de los Pueblos Indígenas, posteriormente se convertiría en la primera directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), que desde 2018 se convierte en el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). Llega a este puesto por contar con raíces otomíes tanto por vía paterna como materna, así como por reconocimiento a su trayectoria como empresaria y filántropa.
Morán también comenta que “en sus años universitarios le brotó el trotskismo y el marxismo, según dicen sus parientes, siempre fue una joven rebelde que heredó genes de izquierda y los cultivó en una familia conservadora”. Es en la UNAM donde termina sus estudios como ingeniera en computación con especialidad en robótica, inteligencia artificial, sustentabilidad y temas afines, gracias a lo cual se desarrolla como empresaria en el área de las tecnologías de la información y funda la empresa High Tech Services, especializada en el diseño de edificios inteligentes, dos años después recibe el premio Empresaria del Año por la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE).
El éxito en su empresa le permite crear la Fundación Porvenir, para brindar apoyo a niños con problemas de desnutrición en zonas indígenas del país. A finales del siglo pasado recibe varios reconocimientos por su labor empresarial y filantrópica, siendo el más importante el de enero del 2000, otorgado por el Foro Económico de Davos, como uno de los 100 líderes Globales del futuro del mundo, lo que sin duda la puso en el mapa de quién ese mismo año ganaría la Presidencia de la República y, como ya se ha dicho, la invitaría a formar parte de su gabinete.
Políticamente, Xóchitl Gálvez ha estado cerca de Acción Nacional (aunque nunca ha sido su militante), precisamente desde el año 2000. Fue en la CDI donde se dio a conocer por sus declaraciones en lenguaje sencillo, salpicado con palabras altisonantes, así como por sus opiniones opuestas a la línea oficial del gobierno del que formaba parte, pero también por recorrer todas las comunidades indígenas del país y contar con afinidad, con el entonces Canciller, Jorge Castañeda. Al final del sexenio, renuncia con la intempestiva y cuestionada llegada de Felipe Calderón, quién propone la reducción del presupuesto de la CDI, a lo que Gálvez se opone rotundamente.
En el año 2010 busca la gubernatura de su estado natal, bajo el cobijo de la coalición “Hidalgo nos une”, formada por PAN, PRD, PT y Convergencia, logrando el segundo lugar con el 47% de los votos a su favor. Recordemos que Manuel Camacho y Marcelo Ebrard promovieron estas alianzas partidistas para derrocar al PRI en varios estados, habiéndolo logrado en Puebla, Guerrero y Oaxaca.
En 2012 fue candidata a Senadora por Hidalgo por el PAN, pero al perder la contienda electoral, regresa a sus actividades empresariales. Tres años después, llega a la hoy Alcaldía Miguel Hidalgo también por el PAN, cargo que ocuparía hasta 2018 cuando nuevamente busca una curul en la Cámara de Senadores, en fórmula con Emilio Álvarez Icaza, esta vez gana y desde ahí arranca su carrera para promoverse, primero como candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y recientemente como precandidata a la Presidencia de la República.
En la Alcaldía promueve la gestión eficiente de servicios y ordenamiento urbano y pone en práctica lo que en su carrera profesional ha aprendido: innovación en materia tecnológica al georreferenciar todo tipo de instalaciones en la Miguel Hidalgo, a fin de facilitar su mantenimiento. Para ello, nombró a Arne Aus Den Ruthen como Director General de Administración Delegacional, popularmente conocido como “City Manager”, quién se dio a la tarea de llevar a cabo operativos videograbados en tiempo real en la plataforma virtual Periscope, a fin de exhibir a capitalinos y autoridades que no respetaban el espacio público, la tarea parecía noble pero derivó en un sinfín de críticas, además de que Aus Den Ruthen se vio envuelto en varios escándalos de evasión de impuestos y desvío de recursos públicos, por lo que tuvo que dejar el cargo.
De personalidad disruptiva, la senadora Gálvez ha tenido un desempeño en la Cámara de Senadores que se podría calificar como “performativo”: Se disfrazó de dinosaurio para discutir la reforma electoral; se encadenó a la silla de la Presidencia de la Cámara de Senadores para exigir la votación de la llamada Ley “3 de 3” y la elección de los comisionados del INAI y recientemente, se acercó a las puertas de Palacio Nacional para intentar ejercer el derecho a réplica, otorgado por un juez, para participar en la conferencia mañanera del Presidente López Obrador, aunque sin haber cumplido con el protocolo para acceder a dicha conferencia.
La historia personal de Xóchitl Gálvez es hoy su fortaleza y lo que la ha mantenido, en días recientes, en los reflectores mediáticos como una candidata opositora que crece y llega con frescura, está por verse si eso es suficiente para que, primero llegue como candidata del Frente Amplio por México, integrado al momento por PAN, PRI y PRD, y después para que la ciudadanía le brinde su confianza para dirigir el destino de nuestro país.
La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión