Manuel Velasco es un político muy joven, pero con una trayectoria bastante consistente que se ha ido construyendo como resultado de una combinación de convicciones personales y de herencia familiar que hacen del suyo un perfil interesante.
Es nieto del Dr. Manuel Velasco Suárez, gobernador de Chiapas (1970-1976) y pionero en la neurología y neurocirugía en México, además de constructor de instituciones, pues fundó la Universidad Autónoma de Chiapas, así como el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía que lleva su nombre. El Presidente López Obrador ha destacado en varias ocasiones la amistad que lo unía con el Dr. Velasco, pues cuando fue gobernador, AMLO iniciaba su vida profesional y política en el recorrido de comunidades indígenas en Tabasco y Chiapas.
Además, Manuel Velasco es sobrino político de Manuel Camacho Solís (casado en primeras nupcias con Guadalupe Velasco Siles, tía de Manuel Velasco), uno de los políticos más lúcidos y de mejor preparación teórica que lamentablemente falleció demasiado pronto, y que tuvo la inteligencia prudencial de mezclar de una forma extraordinaria la teoría y la abstracción conceptual con el ejercicio práctico del poder y la estrategia políticas, habiéndonos dejado textos de gran penetración analítica que todavía hoy considero imprescindibles para comprender la mecánica de funcionamiento objetivo y real, no ideal, del sistema político mexicano, que son ‘El poder: estado o feudos políticos’, de 1974, y ‘Los nudos históricos del sistema político mexicano’, de 1977, además de libros de menor densidad académica pero con el mismo rigor y lucidez intelectual (los dos primeros fueron textos redactados en el contexto de sus pasos como profesor en El Colegio de México) como “La encrucijada: y después del antiguo régimen ¿qué?”, de 2001, o “El desacuerdo nacional: orígenes, consecuencias y propuestas de solución”, de 2006.
Tengo la impresión de que esa impronta es la que ha marcado la trayectoria de Manuel Velasco, que se ha desarrollado fundamentalmente desde las coordenadas del Partido Verde Ecologista de México que surge como parte de un proceso general de apertura y pluralización del régimen político mexicano del que Manuel Camacho fuera promotor y constructor tan importante, en efecto, y que vino a configurar un caudal que hizo posible que, siguiendo los pasos de su abuelo, el senador con licencia Velasco llegara a ser gobernador de Chiapas.
Formado como abogado, inició a muy temprana edad –tal sería y ha sido su sello– su vida política, logrando una diputación local en el congreso de su estado a la edad mínima requerida para ello, 21 años, habiendo formado parte de su Junta de Coordinación Política y presidido la Comisión de Energía, entre otros órganos legislativos.
Posteriormente llega a la Cámara de Diputados, logrando ser también el diputado más joven de la LIX Legislatura como vicecoordinador y coordinador de su partido, el PVEM, para pasar luego a la Cámara de Senadores en 2006 con el mismo perfil, es decir, como el senador más joven no ya nada más de esa legislatura sino de la historia del país, presidiendo la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez entre otros órganos legislativos.
De 2012 a 2018, Manuel Velasco fue gobernador del estado de Chiapas, cargo de gran simbolismo político y familiar tomando en cuenta el antecedente directo de su abuelo gobernador, e indirecto de su tío Manuel Camacho, que fuera coordinador para el Diálogo y la Reconciliación en Chiapas en el contexto de la emergencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional aquél 1 de enero de 1994 como parte de una serie de acontecimientos de alcance nacional llamados a producir un sacudimiento estructural del régimen político en el marco de cuyas consecuencias, de alguna manera, sigue desarrollándose la vida política de México, tal como se observa si tomamos en cuenta el hecho de que el ex canciller, Marcelo Ebrard, formó parte esencial de esa coordinación para el Diálogo y la Reconciliación en Chiapas al lado de Camacho.
Al término de su gestión en Chiapas, Manuel Velasco vuelvea la Cámara de Senadores y hace apenas unas semanas pide licencia a fin de participar en el proceso interno de selección del candidato presidencial de la coalición de la que forma parte el PVEM, liderada por Morena, está por verse si, en la encuesta que tendrá lugar a finales de agosto próximo la “opción verde” que representa el Senador con Licencia convence a la ciudadanía para guiar los destinos de nuestro país a partir de 2024.
La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión