Nuestros problemas nutricionales tienen diversas raíces, y los daños son irreversibles, que es algo que tenemos que aprender a valorar: la nutrición es, sin duda alguna, la base de un desarrollo armónico y deberíamos poner mucha más atención a este rubro, o al menos, el cuidado básico necesario que nos permita vivir sanos.
Hay quien dice que cada quien somos lo que comemos, y que el valor de sanidad que pudiéramos tener se fundamenta precisamente en la manera en que nos alimentamos. Los mexicanos somos muy afectos a comer masa y grasa en todas sus acepciones: gorditas, tacos, flautas, quesadillas, sopes, garnachas, tortas y demás sin poner mucho cuidado en este aspecto, y muchas veces haciéndolo únicamente “para llenar”.
En la Universidad vemos a muchos chicos que compran sus flautas porque es para lo que alcanza y porque es un platillo llenador, sin importar que el contenido nutricional sea mínimo y no alcance a cubrir nuestras necesidades físicas.
Buscamos platos como en los restaurantes plenos de patatas, frijoles y de pan, como complemento llenador, y sin habernos puesto a pensar un poco siquiera en el contenido nutricional, en las necesidades que de acuerdo con nuestra edad y actividad tenemos, y entonces vienen desajustes que van acompañados de sobrepeso, obesidad y otros grandes problemas que se han convertido en el terror de la salud pública.
Dicen algunos que “si llena, la comida es buena”. Nada más equivocado: el ámbito sanitario está batallando muchísimo en el mundo entero porque la verdad es que tenemos muy malos hábitos alimenticios; en México, no se diga, porque como decimos antes, somos de comer para llenar y no para nutrir: no estamos educados para ello y nos conformamos con un platito llenador.
En ese sentido, dice el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud Alejandro García Barrientos que se requiere volver a educarnos en el aspecto de la nutrición, y entender que hay algo más que patatas y zanahorias en el mundo: aprender a cocinar y combinar todos los alimentos, procurar una alimentación más sana que, cada día que pasa nos convencemos más de ue su base se encuentra en un tipo de alimentos donde no se incluya la carne en la medida que lo hacemos y la dejemos como complemento y no como base.
Muchos de nosotros pensamos que si no hubo carne, no hubo comida, y la anteponemos a cualquiera de los alimentos de los otros grupos, tan importantes todos que son el complemento nutricional ideal de cualquier persona.
Dice García Barrientos que los programas de nutrición están encaminados a enseñarnos de nuevo los hábitos fundamentales y debiéramos aprovecharlos, porque en éstos se encuentra una gran parte de un estilo de vida saludable que nos permitiría vivir mejor en todos sentidos.
Dice también que no es difícil aprender, aunque muchas veces ponemos como pretexto la situación económica y por ello comemos mal, argumentando que no nos alcanza para comer bien. Nada hay más erróneo que pensar así, porque comer sano no es comer caro, y eso podemos probarlo cualquier día.
Y ahora, con el cúmulo de información de que somos objeto mediante redes sociales y páginas de Internet, bien podríamos mejorar nuestros hábitos, leyendo un poco cosas interesantes sobre nutrición que nos dejan más que los chismes de un grupo de acomplejados o de otros soberbios que se pelean el país.
Internet es mucho más que Chairos y fifís: es información para comer bien y desarrollarnos adecuadamente, es nutrirnos y tener defensas suficientes que nos permitan no enfermar tan seguido, es sentirnos fuertes, es estarlo en todo momento y compartir ese estado saludable de bienestar con los nuestros.
Comencemos una nueva forma de vida con una alimentación adecuada, y hagamos el mejor regalo a los nuestros: una alimentación balanceada, adecuada y sabrosa, porque no está peleada la comida deliciosa con los hábitos saludables.

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