Cuando en el 2012 la Constitución reconoció la figura de candidatos independientes para contender por un puesto de elección popular, como consecuencia del hartazgo ciudadano ante los pésimos resultados de los gobernantes de siempre, muchos pensaron que eran una solución real para acceder al poder sin la necesidad de un partido político.

Además de que estos presionarían a los partidos para elegir a los mejores hombres y mujeres para representarlos ante el temor de que los aspirantes ciudadanos les ganaran en las urnas, a más de una década de esto, lamentablemente no sucedió así.

Y es que el pasado fin de semana el Instituto Nacional Electoral informó que ninguno de los ocho aspirantes a candidatos independientes para la Presidencia de México, entre ellos el tamaulipeco Eduardo Verástegui, habían alcanzado las 961 mil 405 firmas de ciudadanos que apoyaran su candidatura, que representan el 1 por ciento de la lista nominal nacional.

De los ocho, el oriundo de Xicoténcatl fue el aspirante más mediático de todos, no sólo por su fama de ex cantante, actor y de productor de cine, sino por su postura tan radical contra la clase política tradicional a los que llama “los mismos de siempre”.

Verástegui considerado ultraderechista por la defensa férrea de su fe católica, estar en contra del aborto, la ideología de género y la agenda 2030 impulsada por la ONU, que incluso llegó a amenazar en un video que le dispararía con una ametralladora a todos aquellos que apoyan estas posturas, no pudo alcanzar las firmas necesarias para aparecer en la boleta.

Con la victoria de Pedro Kumamoto como candidato independiente al Congreso de Jalisco en el 2015 y el triunfo de Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” al gobierno de Nuevo León en el 2016, se pensaba que los independientes podrían ser una opción real para llegar al poder y tener buenos gobiernos. Sin embargo no fue así.

En Victoria tenemos quizá la peor experiencia de todas, en el 2016 el Doctor Xicoténcatl González Uresti se lanzó como candidato independiente al Gobierno Municipal, si bien no ganó, alcanzó alrededor de 40 mil votos sorprendiendo a muchos.

Un par de años más tarde con el capital político que hizo como independiente y con el apoyo del PAN, partido en el poder en aquel entonces, se postuló en el 2018 para ganar la alcaldía de Victoria.

Ante el pésimo gobierno que realizó, considerado por muchos como el peor en la historia de Victoria, el avecindado en Ejido Tierra Nueva no duró ni dos años como alcalde y fue relevado de su mandato, por supuesto argumentando una renuncia voluntaria por motivos de fuerza mayor.

El punto es que los candidatos independientes o ciudadanos lamentablemente no han sido la solución deseada contra los políticos tradicionales, su figura se encuentra muy desgastada, por lo que en estos momentos y más en un contexto de polarización tan marcada entre los seguidores de la transformación y los que no, difícilmente serán relevantes en la elección 2024 en Tamaulipas.

Un claro ejemplo es que de los 15 aspirantes independientes a candidatos a alcaldes, al corte del 5 de enero de acuerdo al Instituto Electoral de Tamaulipas, sólo dos ha alcanzado el 3 por ciento de firmas que necesitan para su candidatura, mientras que el resto difícilmente lo conseguirán, incluso algunos no han presentado ningún apoyo ante el IETAM.

Con contadas excepciones, con casos muy particulares, dignos de análisis. Tanto a nivel nacional como en el contexto estatal ¿Las candidaturas independientes están llegado a su fin o aún se mantienen vigentes en el ánimo ciudadano?

TRAICIÓN O VOTO CONSCIENTE

Más allá de juzgar si cumplió con su trabajo en el ámbito de la procuración de justicia o no, los legisladores locales de la Ciudad de México, tanto morenistas como priistas, panistas, perredistas y emecistas politizaron el tema de la ratificación de la Fiscal Ernestina Godoy.

Pese a no alcanzar la mayoría calificada para obtener su ratificación, la nota la dieron dos diputadas priistas que votaron a favor de Godoy, pese a que su líder nacional Alejandro Moreno había asegurado que toda la bancada priistas lo harían en contra.

La decisión de Mónica Fernández César y Wesly Chantal Jiménez Hernández de ir en contra de lo ordenado por su dirigente nacional, provocará que sean expulsadas del partido.

El voto de ambas legisladoras ¿fue una traición o una decisión evaluada, emitiendo un voto consciente de acuerdo a un verdadero análisis de la labor de Ernestina Godoy como Fiscal de la Ciudad de México durante 4 años?

¿Alguna vez veremos en el Congreso Local a los diputados tamaulipecos votando a favor de una iniciativa importante presentada por sus pares de otros partidos o en automático será rechazada simplemente por haber sido propuesta por sus adversarios políticos? Por lo menos en la Legislatura actual no sucederá, en la próxima ¿será?

Facebook: Antonio Frausto

Twitter:@AntonioFraustoG

Linkedin: Antonio Frausto

antoniofraustog@gmail.com