Los partidos y los más 200 candidatos que contienden por una o más diputaciones locales, sin excepción, se pronuncian ganadores y la cuestión es quién o quiénes son los derrotados. La experiencia de los procesos eleccionarios anteriores han aportado su mejor lección. Que bien podría repetirse el próximo 2 de junio. Ante todo porque una de las características o fenómenos identificado por organismos nacionales y de corte internacional, indican que hay un avanzado grado de depresión en los ciudadanos en general.
El estudio difundido la semana anterior en medios nacionales no precisa si las personas con recurrente estado de depresión son de uno o de otro partido político y/o si simpatizan o no con determinados institutos políticos.
Quizá es una explicación que los estudiosos de la mercadotecnia electoral, que por cierto abundan en el país, no han atinado, pues al menos en los 19 años que van del siglo 21 los electores han adoptado un comportamiento errático, los mismo en el continente latinoamericano que en el continente europeo.
Por ello, resulta irrisorio que los candidatos y los partidos que postularon candidatos para la elección del 2 de junio, desde 15 antes que concluya el proceso electoral, cantan victoria. Podría ser que les gana la incertidumbre y sus expresiones de triunfo son sólo una arenga de los resultados finales.
Un comportamiento recurrente en la mayoría de los electores de este primer cuarto de siglo ha sido el otorgar el voto a un determinado candidato, pero en la primera elección la votación ha sido adversa hacia el partido que lo postulo a indeterminado gobernante.
Los candidatos lo mismo que los partidos, difícilmente perderán, a estos siempre les va bien, como dijo don Manuel Cavazos Lerma en una reunión con corresponsales, después de la elección intermedia cuando perdió lo mismo alcaldías que diputaciones. “También perdiendo se gana”.
En otro tenor con mayor realismo, severa granizada la que azotó ayer por la mañana en los municipios de San Fernando, Río Bravo, Méndez, Valle Hermoso y Reynosa. La mayoría de los productores afectados esperaban lluvias torrenciales para dar un respiro a sus cultivos, pero los tiempos son adversos, para los inversionistas al aire libre.
De hecho los agricultores de temporal del ciclo Otoño-Inverno venía padeciendo una sequía impropia en la zona norte, y aunque en los últimos años la producción de granos como el sorgo y el maíz no habían registrado alguna contingencia derivada del clima, como es el caso del sorgo, con mayor a la falta de lluvias el cultivo presentaba quemada la parte inferior de la planta. Aunque aún no se han cuantificado los daños, los productores tendrán que buscar nuevas formas de convivir con la nueva era que enfrenta el planeta tierra.