La seguridad social en México responde al poderío económico y financiero del país. Creció con múltiples unidades médicas en todo el territorio y creó centros médicos de alta resolución de problemas de salud. La debacle mexicana que surge y se mantiene vigente hace 50 años creando pobreza generalizada con constantes devaluaciones del peso, afectando de manera negativa el poder de compra de los mexicanos, también afectó de manera negativa a la seguridad social.

Los mexicanos nos hemos acostumbrado al entorno de violencia, secuestro, extorsión y asesinato; de la misma manera nos acostumbramos al mal servicio de los hospitales públicos afectados por la falta de presupuesto suficiente, más la aplicación de una política corrupta que se roba parte de ese presupuesto en las compras en general y en los programas en los que se aplica. Escenas que muestran las salas de Urgencias de los hospitales públicos saturadas, sin camas que ofrecer a los pacientes a nadie impacta. Quien puede, evita llegar a un hospital público. Quien no puede económicamente pagar atención privada simplemente se resigna a esperar la mejor atención posible. Ya dejó de ser nota de interés la falta de capacidad resolutiva de los hospitales en México.

Respecto de las pensiones, la mitad de los mexicanos mayores de 65 años no tiene pensión ni servicio médico lo que significa estar en situación de abandono social por el Estado Mexicano.

La Seguridad social es un conjunto de programas cuyo objetivo es proteger el ingreso del trabajador frente al desempleo, enfermedades, accidentes, incapacidad laboral durante la vejez; a sus dependientes frente a la invalidez, o ante la muerte del jefe de hogar y evitar situación de pobreza e indigencia.

En Chile hay 15 programas destinados a la seguridad social, con reglamento que define sus beneficiarios, cómo se accede, y su financiamiento. En 1920 surge la Seguridad Social con programas estatales financiados con aportes obligatorios de la productividad del trabajo y con impuestos generales. Con el devenir surge una gama de programas que cubre diversos eventos y riesgos con extensa cobertura individual. El grado en que estos programas cubren a la población es elevado en comparación con países latinoamericanos.

El instrumento de afiliación fue el contrato de trabajo con el cual trabajadores independientes, 30% de la fuerza laboral, se margina. El carácter obligatorio de la seguridad social lleva a enfrentar problemas de financiamiento que obligó a crear el sistema de capitalización individual para conformar las pensiones de vejez administrada por empresas privadas y el seguro de salud por Institutos de Salud Privados. El estado emprendió la tarea de llevar los beneficios de la seguridad a los sectores más pobres y desprotegidos.

En 1981 crea un Sistema de Salud con dos subsistemas: El Sistema Público (FONASA) y el Sistema Privado (ISAPRES) La Constitución reconoce derecho a elegir un sistema y garantiza el derecho a la protección de la salud, la cual el Estado coordina y controla. FONASA cubre a quienes cotizan 7% de su ingreso mensual para salud y a quienes carecen de recurso propio, el Estado financia con aporte fiscal directo.

A fin de los 70s inicia el desarrollo de la salud privada al crear Instituciones de Salud Privada (ISAPRES) Se faculta a trabajadores y personas a depositar sus cotizaciones de salud en las ISAPRES. Se les permite competir entre ellas en el servicio que otorguen a sus beneficiarios. Es obligatorio otorgar Medicina preventiva, Control de embarazo y puerperio, Control niño sano hasta los seis años; Subsidio por incapacidad laboral, y medicina curativa, debiendo entregar mínimo, lo que entrega el sistema estatal.

El sector privado de salud demuestra independencia para actuar y se adecúa con rapidez a la demanda y se refleja en los planes de salud que ofrece cada institución. Los costos de los planes que ofrecen las ISAPRES se calculan por el riesgo que representa la población, según edad y sexo. Este sistema se financia con la cotización obligatoria del 7%; los afiliados pueden aportar para mejorar el porcentaje de bonificación de la cobertura contratada.

El Seguro de Cesantía es un instrumento para proteger al trabajador afectado por desempleo. Cada trabajador tiene una cuenta individual en la cual él y su empleador cotizan mensualmente. El cesante retira el recurso acumulado en su cuenta y sí es necesario recurre a un Fondo Solidario (aporte del empleador y del Estado) La persona cesante mantiene un ingreso y se facilita la situación de personas que renuncian en búsqueda de nuevos puestos de trabajo.