Hay noticias altamente alarmantes para nosotros, como sociedad, y es que las enfermedades crónico degenerativas o también conocidas como crónicas siguen teniendo un auge inusitado: en el caso específico de la diabetes mellitus, se ha registrado un crecimiento de casos que llama la atención de especialistas y epidemiólogos, aunque muchos de éstos están perfectamente cimentados en los factores de riesgo que conocemos y que son la base de lo que está matando al mundo: estrés, sobrepeso, obesidad y sedentarismo.
Desgraciadamente el problema sanitario sigue creciendo en México y el mundo, y los casos se multiplican. Es la diabetes una de las principales enfermedades, causante de un sinnúmero de muertes que muchas veces no son registradas como tales, por la diversidad que tienen sus afectaciones.
Mucha, pero mucha gente muere por infartos al miocardio provocados por la diabetes, o enfermedades renales severas que llegan por la misma causa.
Y lo más alarmante es que se presentan casos de diabetes tipo 2 en niños y jóvenes, cuando anteriormente eran casos destinados a los adultos. La enfermedad ya no respeta comportamiento epidemiológico ni nada por el estilo.
Dice el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Alejandro García Barrientos que las acciones de resguardo de la salud se incrementan en la entidad mediante actividades que se llevan a cabo en unidades de todo nivel: un ejército de promotores de salud hacen un titánico esfuerzo por provocar una respuesta en la población, aunque es muy difícil ante el embate de los medios de comunicación, la tecnología enfermiza que vivimos y “disfrutamos” mediante el uso de teléfonos inteligentes, tabletas y demás, que han logrado convertir a nuestra juventud en “entes” manejadores de aparatos con una gran habilidad, cortos para pensar conscientemente, y que no socializan y, por consiguiente, no tienen ese roce social que nos ayuda a entender muchos de los aspectos que debemos atender para contar con una buena y adecuada salud.
Nos extrañamos que nuestros hijos enferman pero no decimos nada cuando en casa andan en pantalón corto y blusa o camiseta sin mangas, dejando lucir sus enormes y brillantes barrigas o sus llantitas, producto de la pésima combinación de alimento rico en carbohidratos y falta de ejercicio.
Y los delgados, los vemos y están todos flácidos, porque no tienen idea de lo que es salir a realizar actividades físicas o a caminar para ir a alguna situación determinada.
Ya no salimos si no es en el automóvil, y eso, como comenta el doctor García Barrientos y lo sabemos muchos, está pasando una enorme y pesada factura que se cobra la salud muy pero muy caro.
Hay estadísticas alarmantes, como la que leímos esta mañana y que revela que hay tres veces más muertos por diabetes que por homicidio en México.
Tan solo en 2016 fallecieron prematuramente en México 105 mil 342 personas; ese mismo año, el Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 35 mil 342 homicidios.
Pero, ¿de quién es la culpa?
Resulta mucho muy cómodo culpar a la autoridad de esto, cuando los que cometemos los errores somos los ciudadanos: comemos de más, nos ejercitamos de menos, nos estresamos mucho y contamos con casi todos los factores de riesgo, incluyendo el terrible tabaco que mata poco a poco y se une a las causas de la diabetes.
Es tiempo de dejar de culpar a los demás y aprovechar lo que nos ofrece la autoridad en materia de prevención de la salud, tomar lo que nos sirve y hacer un enorme esfuerzo por mejorar nuestro sistema de vida, con la certeza de que tendremos una mejor y mayor calidad de vida, en beneficio de nosotros mismos y los nuestros.
Dejaremos de gastar mucho dinero en salud, y viviremos mejor, entre muchas otras cosas. ¿no cree usted?
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