Una pareja blanca camina por la acera y ve que se acerca un hombre negro. El par se pone alerta: el hombre toma su celular en el bolsillo, la mujer sujeta su bolso con fuerza. El hombre negro se da cuenta de la reacción de la pareja, pasa junto ella y todos siguen su camino. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué, si no pasó nada, hubo segundos tensos? Esta escena, es micro agresión racial o micro racismo.
Micro racismos son actitudes o comportamientos racistas que se dan sutil en la vida cotidiana y pasan desapercibidos. Son desaires, insultos, mensajes denigrantes que las personas envían a otras basadas en el color de piel u origen étnico, define Derald Wing, profesor de psicología y educación en la Universidad de Columbia. Son tan sutiles, que se cometen con buena intención, sin que los involucrados se den cuentan. La pareja del inicio pudo enviar el mensaje de “eres criminal, me vas a robar” o “eres pobre y peligroso”, al hombre negro con el que se cruzó.
George Floyd, hombre afro estadounidense que murió el 24 de mayo luego de que un policía blanco presionara el cuello con su rodilla por más de 8 minutos, revivió el debate sobre el racismo en EE. UU. Su muerte es la punta de un iceberg. Es fácil decir que el racismo reside en el odio de la policía que comete estos actos. Entiendo que haya protestas, es fácil manifestarse en contra de estos casos, pero la mayoría de la gente debe buscar dentro de sí misma. No somos inmunes a prejuicio racial heredado de la sociedad. No se debe escapar del trabajo personal que debemos hacer dice Wing, quien afirma que sus investigaciones muestran que los sesgos y prejuicios se presentan de manera continua e involucran gran parte de la población en EE. UU.
La gente me dice, doctor (es de origen asiático) habla inglés excelente, nacido en EE. UU. Lo dicen con intención como cumplido, pero a nivel inconsciente lo dicen porque me perciben como extranjero en mi país, como si no fuera estadounidense. Y hay ejemplos: Asumir que una persona es extranjera por su apariencia física y pedirle que te enseñe palabras en lo que crees es su idioma nativo. Asignar nivel de inteligencia a una persona por su color u origen étnico. Decir a una persona negra “eres orgullo para tu raza”, está implícito que los negros no son inteligentes como los blancos. Pedir a un asiático que te ayude con tarea de matemáticas pues los de ese origen son buenos en esa materia. “No distingo colores”, connotación de que se niega la experiencia étnica y racial. “No soy racista, tengo amigos negros”, implica que la persona que lo dice cree ser inmune al racismo por tener amistades negras. Decir, “todos pueden tener éxito en esta sociedad si trabajan lo suficiente”, esconde el mensaje de que la persona de origen afro es perezosa e incompetente y necesita esforzarse más.
Las micro agresiones son crónicas y constantes. Son el reflejo de sesgos implícitos. Son reflejo de formas de ver el mundo en términos de superioridad e inferioridad, normal y anormal, tan sutiles que ponen en aprietos a quien las recibe. La persona que recibe la micro agresión puede sentirse insultada sin saber por qué. Por su parte, puede que el agresor ni se dé cuenta de que es ofensivo. Si el ofendido cuestiona, se enfrenta a que le digan paranoico o hipersensible, si no dice nada, la confusión se acumula y causa daño emocional. Para el ofendido se convierte en algo complicado, sale perdiendo si reclama y también pierde si se queda callado.
Quien se considera persona decente y comete micro racismo, puede ser difícil que acepte que carga prejuicios. Nadie es inmune a heredar prejuicios raciales de género y de orientación sexual de la sociedad, cuando esos sesgos van más allá de actos conscientes, por eso se cometen sin querer, oprimen y discriminan.
Los críticos dicen que la teoría de micro racismos restringe, en vez de promover la interacción espontánea entre miembros de distintos grupos raciales, puede causar problemas donde no los hay y caracteriza a las personas de color como débiles y vulnerables y refuerza la cultura de victimización. Wing dice, son poco visibles pero constantes en la vida de las personas de color, ya que comienzan al nacer y siguen hasta que mueren, desde que se levantan hasta que se acuestan. Son recordatorio constante de discriminación histórica, así que la simple micro agresión puede ser la gota que colme el vaso. Las investigaciones muestran que las micro agresiones afectan la salud mental de quien las recibe, crea ambientes hostiles en el trabajo o centros educativos, disminuye el rendimiento laboral, perpetuación de estereotipos y profundizan la desigualdad.
Una situación de micro racismo es complicada. Wing Sue y su equipo identifican algunas estrategias para lidiar con la situación, teniendo en cuenta que se puede tornar peligrosa para quien recibe la agresión. Incluyen hacer ver al ofensor lo que acaba de hacer y explicarle por qué está mal; exigir respeto y pedir que deje de hacerlo; o buscar apoyo de una autoridad, profesional o persona de confianza.
Kevin Nadal, psicólogo de la Universidad de Nueva York, da una guía con preguntas útiles al momento de decidir si vale la pena responder una micro agresión: Si respondo, ¿podría poner en peligro mi seguridad física? ¿La persona se pondrá a la defensiva y esto dará lugar a una discusión? ¿Cómo afectará mi relación con esta persona? ¿Me arrepentiré de no haber dicho algo? Si no respondo, ¿eso transmite que acepto ese comportamiento? Wing dice que cada vez que le dicen que habla muy bien inglés, responde: “muchas gracias, tú también lo hablas muy bien”.