La práctica corporativa para favorecer a una empresa que proporcione o suministre un servicio es histórica en el mundo, en especial en México este tipo de práctica se mantiene presente pues las regulaciones se establecen para beneficiar a las corporaciones y no a los usuarios.
Recuerde cuando TELMEX era la única compañía que proporcionaba en México servicio telefónico. Era pésimo, caro, sin crecimiento de infraestructura para satisfacer la demanda de servicio que en el país se incrementaba. PEMEX y CFE son ejemplos lamentables del deterioro de estas empresas en su capacidad productiva a pesar de que se trata de los motores del desarrollo nacional. Actos de corrupción y de rapiña las tienen al borde de la extinción y de ser así, México estará de rodillas sin energía para su consumo interno.
TELCEL, por décadas fue la empresa consentida de telefonía celular. Con dominio absoluto del mercado aplicaba las tarifas que deseaba; por los servicios que se le ocurría como cobrar a quien llamaba y a quien recibía. Toda una tragedia con la complicidad del Estado Mexicano. Así es fácil encumbrar un mexicano como el hombre más rico del mundo. Sin embargo no en todo el mundo se protege de tan vergonzosa manera a las corporaciones.
La Unión Europea interpuso a Google una multa de 2 mil 420 millones de euros (2 mil 700 millones de dólares) por infringir las normas de competencia; en tanto, la empresa tecnológica manifestó su “respetuoso desacuerdo” y “considera apelar” la sentencia. “Estamos en desacuerdo con las conclusiones anunciadas. Vamos a estudiar la decisión de la Comisión detalladamente y consideramos apelar”, indicó Google. Se trata de la multa más elevada para una sola compañía por infringir las normas de competencia desde la sanción de mil 60 millones de euros que se impuso la Comisión Europea al fabricante estadunidense Intel en 2009.
La Unión Europea destacó que el motor de búsqueda en internet más popular del mundo tiene 90 días para poner fin a sus prácticas anticompetitivas o en su defecto afrontar penalizaciones de hasta 5% ciento del volumen promedio diario de los ingresos a escala mundial de Alphabet, propietaria de la marca. La multa equivalente al 3% de la facturación supone el mayor revés regulatorio para Google hasta la fecha, después de llegar a un acuerdo en 2013 con las autoridades estadunidenses para dejar de recortar opiniones y otros datos de páginas de internet rivales para sus propios productos.
Las autoridades de la Unión Europea concluyeron que Google concedió de forma sistemática un lugar prominente en las búsquedas a su propio servicio de comparativas de productos (Google Shopping) en detrimento de sus rivales, ilegal según las normas de competencia de la Unión Europea y ha negado a otras empresas la oportunidad de competir por los méritos e innovar y lo que es más importante, niega a los consumidores europeos una oferta genuina de servicios y los beneficios completos de la innovación”. También acusaron a Google de utilizar al sistema operativo Android para superar a sus rivales, en un caso que podría resultar más perjudicial para la compañía, ya que la plataforma es empleada por la mayoría de teléfonos avanzados. Asimismo, la compañía fue acusada de bloquear la búsqueda de anuncios de publicidad de sus rivales en internet. Al respecto Google dijo que su datos mostraban que las personas preferían enlaces que los lleven directamente a productos que desean y no a sitios web donde tuvieran que repetir las búsquedas.
La decisión de la Unión Europea se produce tras una investigación de siete años a instancias de decenas de quejas de rivales, como el sitio web estadunidense de opiniones de consumidores Yelp , TripAdvisor, la web de comparativas británicas Foundem, News Corp y el grupo de presión FairSearch.