Llama poderosamente la atención la entrevista que un medio local nos ofreció por Facebook, con elementos de Greenpeace, quienes estuvieron este sábado levantando montañas de basura provenientes de la Playa Miramar, ese encantador rincón de Dios que nos ha legado en Ciudad Madero, para disfrute de los mexicanos y muchos, pero muchos extranjeros.
Y es alarmante la cantidad de envases de PET -plástico- que se levantan, producto de la “convivencia” de grupos de amigos y familiares que, como auténticos cerdos llegan y asaltan la Playa hermosa y dejan todos sus desperdicios en la arena, medio enterrados o no: basura de alimentos en estado de descomposición, envases de frituras y botanas, servilletas, botellas y más, mucho más.
No somos capaces de comprender la peligrosidad que implica tener “islas2 completas de envases de plástico en el océano, y que son causal de muerte de muchas especies y contaminación masiva.
Se nos hace fácil llegar por una soda, tomarla y tirar el envase, “al cabo que es uno solo”. Imagine si pensáramos todos como esos innombrables cochinos e incivilizados: no podríamos asistir a la playa por la cantidad de basura, que poco nos falta.
Cierto, la responsabilidad de la limpieza es de las autoridades, y deben procurar depósitos, pero no quiere decir que tengan que contratar a un empleado de limpia para que vaya a donde usted y le pida le entregue los desperdicios. No va por ahí: es un compromiso y una labor conjunta entre autoridades municipales, estatales y federales, así como ciudadanía.
Y Greenpeace fue cuestionado por algunos irracionales pidiendo que vayan más seguido, cuestionando por qué van tan pocas veces.
Ahora resulta que es una obligación levantar la porquería que dejan los insensibles e irresponsables que van a emborracharse a nuestra hermosa playa maderense.
Las playas no son cantinas como se ha estilado últimamente, y se requiere de la participación de queienes las disfrutamos.
Alguna vez hemos tenido lesiones por enterrarnos un vidrio o una lámina que estaba oculta entre la arena; algunas veces hemos visto pañales con desechos de niños que sus cerdas e irresponsables madres dejaron ahí en la arena; algunas veces, también, nos hemos clavado una ficha de cerveza en la planta del pie, y nos da mucho coraje no por lo que nos suceda, sino por lo que significa.
Greenpeace hace una muy interesante labor que debe ser, OBLIGADAMENTE, respaldada por el Ayuntamiento de Madero, y no al revés.
En este sentido, debe la autoridad municipal detectar cuando irán los de Greenpeace y apoyarlos con algunos camiones o camionetas para llevarse la basura, con personal que ayude en esta labor, y hacer una intensa campaña de difusión y concientización entre la población para que no dejemos basura.
Es por nuestro bien, y todos salimos ganando.
Los cambios climáticos propiciados por la idiotez humana nos llevan a perder muchos recursos y especies, y el llamado es para que no vayamos a perder más, que lo poco que nos queda lo mantengamos y tengamos siempre esa actitud de conservación que a todos ayuda.
O no dirá que es hermoso llegar a Miramar y disfrutar el amanecer en una playa limpia. No es de uno, es labor de todos.
Hacemos el llamado a comunidades de la zona conurbada: universitarios, grupos sociales, ONGs y más, para que entre todos hagamos algo por la Playa, y no solo por ella, sino por este planeta que nos estamos acabando.
Urge tomar medidas radicales, y hacemos el exhorto a la autoridad municipal para establecer un programa conjunto con la ciudadanía, para conservar ese tesoro llamado Miramar, en buen estado y al alcance y disfrute de todos.
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