Entre 1991-2014 el salario mínimo perdió anualmente 2.2% de su valor. La CEPAL informa que Argentina, Brasil, Chile y Uruguay muestran mejoría del salario mínimo. La política neoliberal se niega a aumentar el salario mínimo por arriba de la meta anual de precios pues argumenta generará inflación, desempleo, informalidad e inestabilidad económica. El desborde de la inflación que provocaría anulará el incremento y redundará en mayor deterioro al poder de compra. Bajo esta política, el trabajador tiene dos opciones: aceptar la disciplina impuesta por la política que exige el modelo neoliberal y se ve obligado a vivir en pobreza. Los más pobres reciben subsidios asistencialistas para atemperar su crisis.
Bancomer acepta que si el salario mínimo sube en un porcentaje mayor a los de los años previos, pero menor a 4%, considera que la economía mexicana tiene capacidad para elevar el salario mínimo e esta manera y recomienda elevarlo para abatir pobreza y marginación. La Comisión Nacional de Salarios Mínimos que en 2013 pagó $31.6 millones de su presupuesto por “estudios económicos para determinar el incremento en el salario mínimo”, lo considera inflacionario. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) informa que los salarios es expresión de vida indigna del 82% de los ocupados que ganan hasta cinco veces la percepción mínima. La pérdida más brutal de poder de compra ocurre en 1977-90 (11% en promedio anual), con el ascenso de los neoliberales. En 1991-2000 la caída es de 3.7% por año. En 2001-2014 recupera el 0.1% de su poder de compra anualmente. Que en 30 años los neoliberales convirtieran al salario mexicano en uno de los peores del mundo es expresión del éxito de su política para hacer dinero a costa del trabajador.
Un muestreo de 19 salarios mínimos pagados en Latinoamérica en 2014 ubica a México en el lugar 17, con 4.90 dólar por día, supera a Bolivia y a Haití, cuyos pagos son 4.80 y 2.97 dólar. El salario mínimo promedio regional en la CEPAL es de 11.57 dólares, el salario mexicano equivale al 42% de esa cifra. En 30 países, Estados Unidos ocupa el primer lugar con 19 dólares por hora, el promedio es 12.85 dólar, el de México es de 4.35 dólar, en el último lugar. En una clasificación de 152 países, México se ubica en el lugar 119, con 87 centavos por hora. Se alinea a un grupo de mala reputación, integrado por 44 naciones, en su mayoría africanas, Venezuela, Haití y República Dominicana, que pagan menos de 1 dólar por hora. En la cúspide están San Marino (11.50), Luxemburgo (11.19) y Australia (10.96)
Con el Tratado de Libre Comercio, entre 1993-2013 el mínimo por hora de Canadá pasó de 6.48 dólar a 7.85; aumentó 21%; en Estados Unidos pasó de 6.76 dólar a 7.11, aumentó 5.2%; en México cayó de 1.7 dólar a 83 centavos; menor en 22%. Precarizar el mercado laboral formal es crear menos plazas, pagar salarios más bajos, con menores prestaciones; hay mayor desempleo abierto (1.4 millones a 2.5 millones; de 3.1% a 4.9% de la población económicamente activa) y alza del trabajador informal (12.3 millones a 13.5) Con una mayor cantidad de personas que abandonaron el mercado de trabajo, pese a que quisieran emplearse, a la que se llama “población no activa económicamente”, en 2005 sumaban 4.7 millones. A mitad de este año son 6.1 millones. Lo anterior manifiesta la precariedad del mercado laboral mexicano, sea formal o informal.