Los resultados que se generan respecto de la integridad física y del patrimonio de los tamaulipecos muestran que se está en estatus de riesgo lo mismo en ciudades importantes que en puntos carreteros, a pesar de la inmensa inversión económica que se aplica en aspectos de seguridad para mantener presencia de la policía Federal y de fuerzas del Ejército y de la Marina. ¿Cuáles son los elementos que aún falta establecer para controlar la actividad delincuencial? Hay dos muy vitales, presencia constante de policía de cercanía o como se le denomine, y erradicar la complicidad y la impunidad en la integración de los expedientes en Agencias del Ministerio Público Investigadoras para mostrar que “el que la hace, la paga”. Nada mejor que el ejemplo para enderezar entuertos. Hay otros aspectos que dan fruto a largo plazo; educación, retomar los valores desde los hogares, empleo, etc.
El robo de vehículos se incrementó 40% de enero a junio al pasar de 296 reportes de robo a 456, a pesar del cierre de numerosos negocios que venden partes de autos, una fuente importante de ingreso de bandas de delincuentes cuyo negocio es el robo y desmantelamiento de autos para vender las piezas. Los ladrones recorren a pie y en moto calles y avenidas tratando de abrir las puertas de autos estacionados, acción que les lleva segundos realizar. Se abre, se lo llevan; no fue posible, buscan otro.
La naturaleza también se manifiesta de manera negativa. Desde la primavera el calor asfixia a Tamaulipas y en cuanto las lluvias sean abundantes, las ciudades se ven obstruidas por los antiguos arroyos que rugen al recibir agua en cantidad que no es posible manejar sin causar estropicios, lo anterior sin tomar en cuenta que más de un millón de tamaulipecos viven en zonas de riesgo en el caso de que un huracán se sienta muy valiente y osado y decida pasar por Tamaulipas. En este sentido, los virus del Dengue, Zika y Chikunkuya están sin control provocando cuadros terribles de malestar que requiere hospitalización y que en el mejor de los cuadros a presentar, el reposo en casa es obligatorio por lo menos una semana.
Otra manifestación de riesgo muy importante, de la que somos testigos a diario sin que autoridad alguna intervenga y decida establecer un programa formal para el retiro de la calle de estas personas, es de la toma de cruceros por vendedores ambulantes; pedigüeños por múltiples buenas causas (recetas; discapacitados, casas hogar; etc.), así como la explotación a través de mujeres con menores de edad a cuestas semidormidos, probablemente a causa de somníferos y personas en sillas de ruedas. Vaya, hasta el período vacacional dejó medio centenar de accidentes carreteros con lamentable pérdida de vidas humanas. Los accidentes viales en nuestras ciudades son cotidianos, incluso con resultados mortales por la conducción a exceso de velocidad en actitud irresponsable absoluta.
La sociedad debemos entender que el cometimiento de delitos y la violación a las leyes y normas en vigor requiere del apoyo fundamental que da el auto control personal y social; exige la participación a favor de la defensa de la integridad y del patrimonio de toda la sociedad en su conjunto, y son precisamente la participación y la acción social colectiva, organizada hacia este fin, la base sobre la cual el gobierno logra éxito con sus acciones y operativos, de lo contrario no hay gobierno con capacidad para mantener en control a los delincuentes. Esto lo sufrimos hace más de una década y todavía continuamos con la exigencia al gobierno para que resuelva problemas delincuenciales de los cuales miles de tamaulipecos son testigos de dónde, cómo, quién, y cuándo se realizan, y ese silencio cómplice fomenta la delincuencia.