Hace 10 años se puso en marcha la hielera gigante, construida a 130 metros de profundidad, almacén que pretende ser el gran seguro para sustento futuro de la alimentación para el ser humano. El gobierno de Noruega y el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos, se preparan contra accidentes, desastres naturales, malas administraciones y debacle económica, por ello la construcción de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, en el Círculo Polar Ártico, en la cual se depositaron cien millones de semillas provenientes de todo el mundo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la provisión mundial depende de 150 especies de plantas, aunque el 75% del alimento que se consume se relaciona con 12 cultivos y de éstos sólo 3 representan la mitad de la ingesta global, son, arroz, trigo y maíz. México produce en promedio 800 kilos de estos granos vitales por habitante.
El país cuenta con las condiciones para producir cerca de 900 cultivos, entre los que se encuentran 12 señalados por la FAO como estratégicos. México produce arroz, 285 mil toneladas, sitio 48 a nivel mundial. Avena, 130 mil toneladas, sitio 27. Camote, 61 mil toneladas, sitio 39. Caña de azúcar, 51 millones, sexto lugar. Cebada, 799 mil toneladas, sitio 21. Haba, 23 mil toneladas, sitio 18. Maíz: 22 millones, sitio cuarto. Mijo, dos mil toneladas, sitio 69. Soya, 129 mil toneladas, sitio 27. Sorgo, seis mil millones, cuarto lugar. Trigo, tres millones, lugar 30.
Esta producción que se logra en el país, permite que por cuarto año consecutivo, la Balanza Comercial Agropecuaria y Agroindustrial en México logre superávit, 4,686 millones de dólares (MDD), el mayor saldo a favor logrado en 24 años; derivado de 23,430 MDD de exportaciones y 18,744 MDD de importaciones. La dinámica que presenta la exportación de bienes agroalimentarios permitió divisas que superan las conseguidas por remesas de mexicanos que laboran en Estados Unidos en 1,463 MDD, por venta de productos petroleros en 2,882 MDD y turismo en 8,050 MDD
Grupo Lala, el mayor procesador de lácteos de México, enfocará sus recursos en el crecimiento de sus negocios estratégicos de Brasil y México, en busca de generar valor. La compañía emprende una serie de medidas de reestructuración en su mercado en Estados Unidos y Centroamérica, en busca de rentabilidad.
Entre las medidas está el cierre de oficinas Lala en Panamá, centralización de la operación centroamericana en Guatemala y cambio de varias actividades de la oficina de Estados Unidos a México. Busca aprovechar oportunidades que tiene con sus activos y adquisiciones recientes y no considera realizar desinversiones.
Grupo Lala registró una caída en su flujo operativo del 7%, a 1,741 millones de pesos, durante el tercer trimestre de 2018, en comparación con mismo periodo 2017. Según su reporte financiero, esto se debe a la inflación en electricidad, combustibles y materias primas en México, a menores márgenes en el negocio de Brasil, afectados por costos no estacionales de leche cruda, a la situación política en Nicaragua, y a los gastos excepcionales de reestructuración en Estados Unidos, contexto internacional que en mucho afecta a México y que el presidente López no sólo no toma en cuenta, lo ignora, lo que deja en grave riesgo la estabilidad de las empresas y con ello el crecimiento económico del país, que se prevé sea 1% para 2019, porcentaje más débil en décadas de historia nacional.
Reserva de alimento y producción nacional
Hace 10 años se puso en marcha la hielera gigante, construida a 130 metros de profundidad, almacén que pretende ser…