La verdad es que da mucho gusto ver el evento denominado Expo-ciencias que se llevó a cabo en Matamoros este viernes, y donde participaron muchachos de infinidad de colegios y escuelas. Este tipo de eventos, pensamos, nos hace mucha falta para quitar al muchacho las trabas académicas que vivimos cuando llegan a la Universidad y no saben escribir, no sben redactar o investigar; ¡bueno? No saben como hacer una cita de un libro al estilo APA, cuando es lo más universal que se pide a alguien que se dedica a hacer investigación, pequeña, media o de muy alta calidad.
Ver, aunque sea en la información oficial, por la incapacidad de viajar hasta allá, el cómo participan los muchachos es una inyección de esperanza: hay proyectos que se presentan previamente desarrollados por nuestros bachilleres, quienes sacan todo su ingenio y conocimientos para hacerlos.
No podemos dejar de pensar en esos maestros de ciencias y otras materias afines que les motivan a participar, aunque sabemos que muchos son obligados, pero hacen uso de una creatividad que no tiene ningún secretario de la 4T. Demuestran que leyendo un poco se puede hacer mucho, y la expo nos mostró una pequeña parte del talento de los jóvenes tamaulipecos.
Ahora imagine el lector que el evento hubiera sido estatal: los resultados aflorarían y algunos inclusive podrían ser sujetos de intervención de inversores de la iniciativa privada, para desarrollar proyectos determinados.
Recordamos aquel programa de televisión sharkattack -creo así se llama- donde monstruos de la empresa establecida escuchan propuestas de nóveles que inician en esos menesteres, y a alguien le convencen y propone una sociedad y todos ganan, pero más gana México, porque estamos desarrollando la calidad de nuestros muchachos.
Es cuando vemos este tipo de eventos que pensamos que a pesar de todos sus errores y yerros burocráticos, hay maestros que hacen su trabajo con pasión y con muchas ganas, obteniendo resultados favorables, motivando a los muchachos y también nos lleva a recordar aquellos tiempos en que algunos profesores nos obligaban a crear, a desarrollar, haciendo que sacáramos el talento que todos llevamos dentro, luego de un proceso de lecturas y adquisición del conocimiento que hoy en día se ha perdido irremisiblemente.
Todos sabemos que la juventud es una etapa en la que la energía está de sobra y a veces cometemos irresponsablemente actos no aptos por lo mismo, pero también se sabe que, bien encausados, podemos llegar a mucho.
Nos quejamos de la falta de preparación de nuestros muchachos, pero no hemos hecho mucho por ellos, y es donde debemos insistir en programas de lectura e investigación que sepan para qué se lee, cómo buscar información y no piensen que todo en el mundo es Google y los buscadores del teléfono celular. No. Hay más en el universo que un móvil en Internet.
Cuando el joven llega a la Universidad, padecemos los que tenemos la maravillosa oportunidad de participar en su formación, de la falta de técnicas de estudio, lectura e investigación, y luego la gente dice que en las universidades no se les enseña.
Ellos debe llegar ya con ese conocimiento que resulta básico: nosotros debemos tratar de aprovecha lo que ya saben para que produzcan conocimientos novedosos, interesantes, y que sepan resumir investigaciones completas y dejen de plagiar documentos cuyo autor nunc se entera que fue volado su derecho.
Qué buno que se hacen estos eventos, y ojalá haya más de este tipo, y nos unimos a los parabienes para las autoridades educativas proponiendo que se haga algo similar a nivel secundaria y preparatoria, para que el rector de la UAT copie estos ejemplos y pueda decir que tenemos buenos jóvenes, con resultados altamente satisfactorios, que bien lo merece Tamaulipas.

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