Un fenómeno laboral que crece entre trabajadores jóvenes es la renuncia desnuda, decisión de abandonar su trabajo sin contar con oferta laboral, reflejo del cambio en la forma en que los jóvenes perciben su vida laboral y persona. Otros aguantan el ambiente laboral tóxico en decremento de su salud.

En México la plaza de base por décadas fue perseguida, patrimonio de sindicatos que se volvieron poderosos y de familias que llegaban sin el perfil necesario al puesto en detrimento del trabajo, aunque aseguraba el salario y un modo de vida. El aumento de la renuncia desnuda se atribuye a varios factores: 

Bienestar personal: Los jóvenes se enfocan en su bienestar mental y emocional. La presión de un entorno laboral tóxico, estrés crónico y desequilibrio en trabajo-vida personal, contribuyen a que opten por la renuncia. Priorizar su salud mental refleja el cambio en que ven su trabajo como parte integral de su vida.

Insatisfacción laboral: La falta de oportunidades para el crecimiento profesional, la insatisfacción con salarios y diferencias en la cultura empresarial, llevan a dejar sus empleos. Cuando perciben que no pueden avanzar en su carrera o su contribución no es valorada, renunciar se vuelve atractivo.

Cambio de valores: Redefinen lo importante. Calidad de vida y experiencia toman valor sobre la seguridad laboral y los lleva a dejar un empleo sin tener otro. Sugiere desconfianza hacia el modelo laboral que prioriza estabilidad económica por encima del bienestar personal.

Se trata de un cambio en la forma en que los jóvenes se relacionan con el trabajo y afecta al mercado laboral y prácticas empresariales. Las empresas reconsideran su cultura organizacional y condiciones laborales para implementar políticas más flexibles; horarios adaptables, programas de salud mental y crear ambiente laboral positivo, en busca de retener talento, mejorar productividad y satisfacción laboral.

La precariedad laboral (contratos temporales, salarios bajos y falta de beneficios), como sucede en Tamaulipas hace décadas, afecta la salud mental. Un estudio en España en 2023 reveló que la sensación de precariedad se vincula a problemas de salud mental pues frena expectativas de alcanzar sus objetivos vitales.