Quiero un remanso de paz para mí y para todos aquellos seres que un día sintieron que el color de los escenarios, de los que fueron sus mejores días, empezó a desvanecerse con el tiempo. Quiero un remanso de paz para pensar en todo aquello que le daba un valor agregado a todo lo que hacía, pensando que tenía el mismo valor para otros hermanos y resultó ser para ellos sólo rutina. Quiero sentir que todos los buenos logros de ayer, no sólo cimentaron la fuerte estructura para sostener una vida, sino la vida misma donde pudieron construir aquellos que fueron creciendo, sin sentir el suelo que pisaron.
Quiero de querer, no sólo suena ambicioso, si no vanidoso, porque el crecer es un reto que debe enfrentar cada quien, pero habría que reconocer, que a veces, cuando no se tienen cimientos, no se tiene idea para donde trascender y entonces la vida, es sólo un quehacer.
Quiero un remanso de paz, para dejar de pensar en todo aquello que pude hacer y quedó sólo en una idea fugaz. Quiero entonces, con esa sensación de plena tranquilidad, reconocer en todo lo que me ha tocado vivir, que en ningún momento fracasé, porque pude con cada paso que di, encontrar la razón de mi existir.
Ahora sé que mi querer, no sólo fue por tener una estructura material que diera a mi vida una identidad ante los demás; mi querer ha sido un camino para fortalecer mi ser espiritual, que busca encontrarse con el remanso de paz que sólo se puede obtener, en la fuente de amor que emana de tu divino corazón, mi Señor.
Quiero de quererte en mi vida para renacer cada día con la dicha de saber que siempre estarás conmigo.
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